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«El público sigue siendo susceptible a lo auténtico»

«El público sigue siendo susceptible a lo auténtico»

El bailarín es el mayor de los seis hermanos que forman esta compañía que el jueves, 12 de julio, subirá al escenario de la plaza de Santa Ana dentro del Festival Temudas. Los jóvenes, criados en una comunidad familiar en las Montañas Rocosas de Canadá, aprendieron flamenco y artes marciales de su padre, Pedro Vivancos. Su danza acrobática ha dado la vuelta al mundo y ahora recala en Gran Canaria.

Martes, 10 de julio 2018, 09:36

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¿Cómo será el espectáculo que ofrecerán en la capital grancanaria? ¿Viene la formación completa?

Nacidos para bailar es una fantasía visual en la que danza, artes marciales, destreza musical y humor se unen, formando una obra que mezcla un depurado virtuosismo con un vivificante eclecticismo artístico. Los Vivancos somos seis hermanos, que compartimos las tablas en nuestros espectáculos. Y sí, venimos los seis. Aunque originalmente éramos siete, Josué, el menor, hace cerca de año y medio que se tomó un año sabático de la gira.

En suenan muchas músicas diferentes: rock sinfónico, flamenco y fusión, ¿qué tienen en común estas canciones? ¿Cuál ha sido el criterio de selección?

— Un rasgo diferencial de nuestras coreografías es que la música se adapta a la danza, en lugar de viceversa. Así pues tanto el proceso de selección de los temas musicales, como su adaptación y orquestación fue un trabajo muy extenso y meticuloso. Hubo muchos factores que tuvimos que considerar, la mayoría artísticos, pero otros más técnicos, como temas de derechos y permisos para las adaptaciones.

— Se dice que es un montaje asombroso, ¿qué elementos le confieren esa espectacularidad?

— La idea sobre la que creamos Nacidos para bailar se originó en el Ars Gratia Artis (el arte por la gracia del arte) de los estetas burgueses del siglo XIX. Entonces se abogó por hacer del arte un fin en sí mismo, dotándole de un carácter absoluto, pretendiendo que estuviera sólo al servicio del puro goce estético. En Nacidos para bailar nosotros quisimos transformar ese principio en «El espectáculo por la gracia del espectáculo». Un dogma que convirtiera a la obra en el todo, e hiciera que el arte se debata entre la exhibición y la introspección, insubordinado a los condicionantes sociales. Ese «espectáculo por la gracia del espectáculo» dio al lenguaje coreográfico un obvio fundamento de espectacularidad, similar al más difícil todavía de los circos tradicionales. De ahí, la escenografía, el vestuario, la música... Todo creció en torno a ese concepto, haciendo del arte espectáculo y del espectáculo arte.

¿Es cada vez más difícil sorprender al público?

— El público de hoy está saturado de efectos especiales. Todo sucede de manera vertiginosa. Apenas hay tiempo para asimilar una información cuando ya te llegan cientos de miles más. Pero el público sigue siendo susceptible a una cosa... Lo auténtico. Eso nos llega, incluso más ahora que antes.

— ¿Cómo se reparten las tareas? ¿Cómo es el proceso de creación? ¿Hay un experto para cada cosa?

— Nos compenetramos muy bien, y aunque a cada uno se nos da mejor una cosa que otra, todos colaboramos en el proceso creativo, todos aportamos, y ello resulta en un trabajo plural en el que la versatilidad esta siempre presente.

— Llevan desde 2007 en los escenarios, ¿esta experiencia les ha unido más o están al borde del divorcio?

— Somos ahora más fuertes que nunca. Pero eso puede traer consigo también una gran fragilidad. Cuanto más subes, más hondo es el precipicio que se abre a tus pies, así que ¿quién sabe lo que nos deparará el futuro? De momento agradecemos poder seguir compartiendo este sueño de familia juntos.

¿Han tenido parones en estos años? ¿Les queda algún continente por pisar?

—Estos once años han sido vertiginosos. Apenas ha habido tiempo para tomar un respiro. Hemos recorrido medio mundo, aunque sí, aún nos quedan lugares por visitar.

— ¿Cuál ha sido su aportación al flamenco?

—Menuda pregunta. Nuestra aportación ha sido humilde. Principalmente, lo que hemos aportado es nuestra dedicación, nuestra vida, que aunque para nosotros es todo lo que tenemos, cuando hablas de un arte como el flamenco, patrimonio de la humanidad, al que tantos genios han aportado tanto, pues es una aportación muy humilde. Dicen que hemos acercado el flamenco a un público más amplio. Sacándolo de los círculos reducidos y que eso ha hecho bien al flamenco. Pero eso es lo que dicen... Nosotros la verdad, preferimos hablar bailando.

— ¿Alguna vez se han sentido criticados por los puristas?

—No. Los puristas han sabido entender que lo que hacemos es puro, aunque desde luego no sea flamenco puro. Como artistas seríamos muy insinceros si pretendiéramos hacer flamenco puro, pues eso no es lo que somos, eso no es quienes son Los Vivancos. Al final, hay que ser honesto con lo que eres.

— ¿Qué es #TaconeoSolidario?

— #TaconeoSolidario es un proyecto humanitario que hemos creado para ayudar a la infancia y las personas más necesitadas. A través de esta iniciativa, nuestra gira mundial se dedica a recaudar fondos para fines benéficos, consagrando nuestra danza a una causa humanitaria. Este año hemos donado una parte de cada una de las 150.000 entradas que tenemos a la venta para ayudar a los niños con problemas neurológicos.

— ¿Qué es lo que identifica a un ‘Vivancos’?

— Vivancos es nuestro apellido. Si tuviera que decir una cosa que nos indentifique, sobre todas las demás, sería nuestra esencia, fruto de nuestra educación. Ese «nunca digas no puedo» que nos inculcó nuestro padre y que está presente tanto en nuestra obra como en todos los aspectos de nuestra vida.

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