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Raúl: «Yo no he hecho nada, no he hecho nada»

Raúl: «Yo no he hecho nada, no he hecho nada»

Raúl Díaz, el acusado de haber acabado con la vida de su esposa Romina Celeste en Lanzarote la Nochevieja de 2017, se puso «muy nervioso» y no paró de exclamar «yo no he hecho nada, yo no he hecho nada», cuando su mejor amiga en compañía de su pareja fueron a su casa para preguntar por la desaparecida.

Jueves, 16 de julio 2020, 11:00

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Esto se desprende de la declaración prestada en sede judicial por la que era amiga y confidente de la joven paraguaya, fallecida presuntamente a manos de Raúl Díaz, que posteriormente y según él mismo admitió, descuartizó su cuerpo, lo quemó y tiró al mar a lo largo de la costa de Lanzarote en una investigación que sigue su curso en el Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife.

La testigo detalló que conoció a Romina Celeste cuando «empezó a trabajar» con ella en un club privado de Lanzarote y que sabía quien era Raúl por ser cliente del mismo, pero empezó a tener amistad con él ya que era pareja de Romina. Con el tiempo ese vínculo entre ambas se hizo más íntimo hasta que se convirtió en la confidente y persona de apoyo de la fallecida. «Ella era muy fuerte y alegre, que hacía bromas pesadas, pero era buena», relataba la amiga, que contó a la autoridad judicial como la tormentosa relación entre Romina y Raúl se fue complicando con el paso del tiempo: «Al tiempo vi un cambio en Romina y la empecé a ver más triste», y al preguntarle qué le ocurría, le respondió «que ella daba el cien por cien de ella para que la relación funcionara y veía que su pareja no lo hacía», contó su amiga.

Esto fue antes de enterarse días antes de la boda entre Romina y Raúl «que había problemas» entre ellos. «Romina me llamó por teléfono y me dijo si podía ir al Gran Hotel –de Arrecife–». Al llegar, se encontró con Romina y le dijo que Raúl «le había pegado, que le había preparado una sorpresa y se habían peleado». Que Raúl «se puso agresivo», aunque la declarante no le dio importancia a este hecho «porque se iban a casar». Es más, esta testigo fue la madrina del enlace.

Días después de la boda, contó la testigo como Romina «me llamó para que cuidara de su hijo» porque se iba a ir «a Paraguay» a «despejarse» después de una supuesta discusión con Raúl. Al tiempo, la víctima volvió a llamarla para ver si se podía quedar en su casa ya que venía a la isla el padre de Raúl y lo hizo por un mes, tiempo en el que «Romina se tomó unas pastillas», teniendo la declarante que llamar a una ambulancia que la llevó al hospital donde «le hicieron un lavado de estómago. Romina me dijo que lo había hecho porque se sentía mal, estaba sola y yo la entendía porque también soy inmigrante».

Tras ese episodio «Romina no fue la misma», declaró su amiga. «El 28 de diciembre me escribió diciéndome que Raúl le había pegado» y fue a su casa en compañía de su pareja. Al llegar, vieron a la víctima «triste y demacrada, no era ella» y le enseñó los golpes que había recibido. Al recriminarle esta actitud a Raúl, «se arrodilló y nos pidió perdón, que no lo iba a volver a hacer, se derrumbó y lo creímos», dijo. «Estaba como enferma, triste» y «caminaba como poco a poco».

«Romina me dijo que no era la primera vez, que casi la mata» y que «tenía que poner fin a todo esto», aunque justificó que no había actuado denunciando «porque no podía obligar a nadie a que hiciera algo».

Insistió esta testigo que Raúl «consumía cocaína» y que le comentó que tras fin de año, iba a llevarse a Romina «a El Hierro a pasar unos días».

La última vez que la amiga de Romina habló con ella fue el 31 de diciembre –el supuesto día de su fallecimiento– porque le mandó primero un mensaje con una imagen, y luego recibió otro diciendo que el que escribía era Raúl que le preguntaba por el nombre de las pastillas antidepresivas con las que presuntamente la víctima se había intentado suicidar meses atrás.

Desde ese día declaró no haber tenido más noticias de la pareja hasta el 7 de enero, cuando Raúl la telefoneó y les dijo que «no sabía nada de Romina» después de haber tirado su cadáver al mar. Por ese motivo, tanto la testigo como su pareja fueron a casa de Raúl que les recibió y dijo «que no había pasado nada» entre ellos, bajo un evidente estado de nerviosismo. «Raúl estaba nervioso, decía que no tenía dinero ni comida y nos abrazaba llorando diciendo que no sabía nada de ella. Le dijimos de ir a la policía pero él se negaba», relató.

La amiga de Romina examinó la casa y vio como la fregona «estaba negra» y notó «el olor a un producto químico», en referencia posiblemente a la sosa cáustica que Raúl utilizó para eliminar los restos. Primero pensó «que Romina había desaparecido» como les dijo su esposo «porque se había cansado» de la relación. «Raúl ese día estaba lleno de salpicaduras de pintura blanca» y no paraba de decirles que pensaba que Romina se había ido a Paraguay. «Miramos en la casa y vimos que ella no tenía allí sus maletas», pero dijo haberle llamado la atención que a cada poco y de forma espontánea, Raúl les exclamaba «yo no he hecho nada, no he hecho nada».

Tanto la declarante como su pareja estuvieron llamando a Romina ese 7 de enero «varias veces» y acabaron la tarde todos «consumiendo cocaína» en la casa. «En su momento Romina me dijo que Raúl consumía muchísima coca y que discutían por ello y que ella también lo hacía para complacerle», declaró.

Órdago familiar.

La testigo amiga de Romina Celeste Núñez declaró ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife que la víctima le había contado «que el padre de Raúl se había enterado de que se habían casado» y este le «había dicho a Raúl que eligiera entre Romina y su herencia», manifestó esta mujer residente en Lanzarote. Según el testimonio de la declarante, «Raúl le había dicho a Romina que quería sus cosas –en referencia a la supuesta herencia familiar– y que por eso ella estaba molesta y se fue a Paraguay», dijo en sede judicial durante la instrucción de este caso.

Romina aguantaba «porque estaba enamorada».

Los numerosos testigos que han ido pasando por el Juzgado de Instrucción número 2 de Arrecife han contado lo tormentosa que era la relación sentimental entre Romina Celeste y Raúl Díaz Cachón. «Ella aguantaba porque estaba enamorada, no por los papeles ni por el dinero», afirmó una amiga íntima de Romina en sede judicial.

La misma detalló numerosos episodios violentos entre la pareja como cuando sucedió el episodio de malos tratos en el Gran Hotel de Arrecife o el ocurrido en la noche del 28 al 29 de diciembre cuando «recibí un mensaje alarmante de ella diciéndome que Raúl le había pegado». Al día siguiente, sobre las 8.00 horas fue a visitarla a su casa y «Romina estaba triste, caminaba poco a poco y parecía enferma. Llegué a verle morados como de agarrones en los brazos». Abundó en que «siempre tenían problemas», dijo. «Romina me dijo una vez que no tenía ganas de nada, que estaba cansada de siempre lo mismo y que la culpa era de Raúl», manifestó la declarante. El acusado «al principio siempre me hablaba bien de Romina, pero el día 7 de enero –después de haber tirado presuntamente sus restos mortales al mar– me habló mal de ella, me dijo muchas tonterías, cosas feas de su relación», contó.

Según esta testigo, Romina dejó de trabajar en el club «porque estaba con Raúl» y que al principio «vino a trabajar al club como para picar a Raúl, como para molestarle», un local del que el acusado era cliente habitual. «El 26 de noviembre me llamó Romina para que fuésemos a buscar a Raúl» al local «porque llevaba allí 24 horas. En dicho recinto era habitual el consumo de cocaína –«él consumía muchísima», dijo– y cuando llegaron, se encontraron con el procesado «que se puso muy nervioso. Le dije que su esposa le estaba esperando y entonces se fue», explicó la amiga de la fallecida, quien añadió que «Raúl no dejaba trabajar a Romina en ningún tipo de trabajo», a pesar de que manifestó que la víctima «era una chica de carácter fuerte».

Por último, declaro que Romina le contó como se fue a Valencia después de la boda porque «había discutido con Raúl. Me dijo que había tenido un problema allí en Valencia porque había sido violada» después de que le echaran «algo en la bebida y que Raúl la había ido a buscar. Ese incidente le afectó mucho».

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