«Paso de defender a los encarcelados sin motivo a los que sí lo tienen»
Arcadio Díaz Tejera ·
El magistrado inicia una nueva etapa profesional en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 tras dos años «muy intensos»El que ha sido el juez de vigilancia del CIE de Gran Canaria abandona su puesto pero no la primera línea de batalla en el ámbito legal. Arcadio Díaz Tejera continúa mostrándose crítico con la gestión migratoria y, al mismo tiempo, ilusionado por el nuevo reto.
- Ha vivido dos años intensos debido al repunte migratorio en plena pandemia. ¿Diría que ha sido esto lo que ha motivado su cambio de puesto?
- Digamos que ha sido una etapa de mucho ajetreo en el que he tenido que estar disponible mañana, tarde y noche y eso me ha pasado factura. La doctora me ha dicho que, menos estar preñado, tengo de todo y eso me ha obligado a bajar el ritmo de trabajo.
- ¿Cuáles serán sus nuevas obligaciones?
- Seré el juez que supervisará a los internos de la cárcel de Juan Grande, que es la que tiene competencia el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3. Tendré que velar por que se cumpla con el trato a los internos, la progresión del cambio de grado, la ejecución de las penas, etcétera.
- Es imposible no establecer paralelismos con sus funciones en el CIE. ¿Sale de Guatemala para meterse en 'Guatepeor'?
- Paso de defender a los encarcelados sin motivos a los que sí lo tienen. No conozco nada que se parezca más a una cárcel que el CIE, empezando por su propia estructura arquitectónica, ya que era una antigua prisión, y dicho con mucho cariño hacia los policías que prestan servicio allí. En mis visitas siempre tuve un trato exquisito y no vi que se propasasen con los chicos. Ellos cumplen órdenes, pero es cierto que los inmigrantes allí no han cometido ningún delito, ni siquiera una infracción leve. En relación a la pregunta, todavía no sé qué me espera cuando llegue al Juzgado. Según me han dicho, mucho papeleo, pero he sido acogido con mucho cariño.
«Nadie va a permitir que se vuelva a repetir lo del muelle de Arguineguín»
REPUNTE
- Usted siempre se ha mostrado muy crítico con los centros de acogida, en especial con el CATE de Barranco Seco, donde el Defensor del Pueblo ha reabierto las diligencias sobre sus condiciones por la presencia de varios contactos con positivos de covid. ¿Es que no ha habido cambios?
- Ha reabierto el expediente porque hay personas que están pasando una cuarentena de dos semanas en una 'comisaría de policía' en la que solo se debe estar 72 horas. El protocolo dicta que deben pasar ese tiempo en una estructura habitacional sanitaria. Ya en mis visitas, que no entraban dentro de mis competencias, pedí refuerzos porque tenemos otros tres centros con inmigrantes y habrá que abordar su supervisión. Es decir, quedan causas pendientes, pero sí ha habido cambios porque, entre otras cosas, ahora hay más recursos que el año pasado.
- ¿Qué garantías hay de que no se repitan los mismos errores?
- Durante aquella crisis nadie estuvo a la altura de las circunstancias. Probablemente, si no hubieran sido negros pobres no se habrían llegado a hacinar 2.000 personas en Arguineguín. Yo achaco aquella situación a que la gente estaba atenuada por la pandemia y las denuncias en los medios fueron fundamentales para que la situación, en vez de durar un año, se alargara 'solo' cuatro meses. En aquel momento no quise dejar en evidencia a ciertos jueces, pero tampoco podía callar y ser cómplice de lo que pasaba. Ahora, los que hemos jurado la Constitución no permitiríamos que volviera a pasar. Sí hay que tener claro que la inmigración es un fenómeno que nos acompañará toda la vida.
- ¿La Justicia no tiene medidas punitivas para los delitos que se cometieron?
- Sé que hay algunas causas abiertas y ha habido diversos criterios entre fiscales y jueces. Desconozco cómo están esas diligencias. Sinceramente, estoy más interesado en que aquellos errores no se vuelvan a cometer que en encontrar un culpable en concreto.
- Ha mencionado antes que no quería callar para no ser cómplice. Si hay algo que se ha criticado es el mutismo por parte de la Delegación, el Ministerio de Interior y las entidades gestoras. ¿Ese silencio protege o encubre?
- El articulo 418 de la Ley Organiza del Poder Judicial me prohibe felicitar o censurar autoridad alguna y no lo haré. Sin embargo, puedo entender la situación del Delegado porque tiene que proteger a su Gobierno y me consta que es una persona preocupada por los Derechos Humanos que lo ha pasado mal. Nunca he escondido que somos amigos, pero tampoco he dejado de ser crítico. Mis comentarios hacen referencia a los servidores públicos, en general: si afecta a los derechos fundamentales, no hay secretos que valgan.
«No puede haber secretos que valgan en los temas de Derechos Humanos»
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- En el terreno internacional tampoco vemos grandes avances. ¿Se está poniendo la UE de perfil en el tema migratorio?
- Una cosa es la Comisión Europea y otra la comunidad internacional. Muchos medios extranjeros, a través de los regionales, se han hecho eco de la situación en Canarias, y gracias a eso lo del muelle de Arguineguín no se alargó más de lo que se hizo. De la otra parte, hay temas pendientes como el Pacto de Migraciones y Asilo, que es preocupante porque pretende alargar el tiempo de estancia en los CIE. El enfoque debe ser otro: llegar a acuerdos para establecer corredores humanitarios, lo que daría el espinazo a los traficantes de seres humanos o buscar estrategias para que esa gente que llega se integre ante una población europea envejecida.
- ¿Le preocupa el ascenso del populismo y la xenofobia?
- Siempre hay pobres que necesitan descargar su frustración sobre otros más pobres o encontrar respuestas simples a un fenómeno complejo. Hay que combatir ciertos discursos porque lo que no se recrimina se termina aceptando, pero también creo que es mejor hacer esfuerzos solo con las personas de buena voluntad.
«A mi sustituta le deseo que sea tan libre como lo he sido yo»
- Usted ha sido senador, Diputado del Común, juez de instrucción en plena crisis de pateras, ha vivido la dictadura, la democracia, dos volcanes y una pandemia. ¿Todavía le quedan ganas de seguir afrontando nuevos retos?
- Pues sí. Sigo teniendo mucha curiosidad. Es verdad que este último cambio profesional no solo ha estado motivado por eso, sino que también lo ha estado por el desgaste en el tema de la salud, pero siempre me ha gustado aprender otras realidades.
- Lleva ya varios años alejado de la política. ¿Echa de menos tener ese poder de tomar decisiones? ¿Se plantearía volver a cruzar esa línea?
- ¿Me está preguntando si me hace ilusión volver a la política partidaria? Que no es lo mismo... Política, al final, hacemos todos de una u otra forma. La respuesta es no, para nada. Quizás es porque como es algo que ya he vivido, no me despierta la más mínima curiosidad. Me parece un mundo aburrido, previsible y donde, sobre todo, se pierde mucho el tiempo. Sin embargo, todavía tengo muchas curiosidades y muchas cosas que hacer y que aprender.
- ¿Cree que en un futuro dirá lo mismo del Juzgado de Instrucción número 8?
- Me da mucha pena dejarlo porque hay funcionarios magníficos y después de una estabilidad en la gestión de dos años, el Juzgado está al día. Se podrá coincidir o discrepar de todo lo que se ha hecho, pero se ha hecho. A mí me gusta la Instrucción, la primera línea y contar con los grupos. Aquí me he sentido útil a la hora de resolver conflictos, pero de vez en cuando uno tiene que hacer lo que le conviene y no lo que le gusta.
- ¿Cómo le han acogido?
- Muy bien. La compañera que lleva el Juzgado número uno me ha dejado jurisprudencias, libros... A mitad de octubre hay un encuentro de jueces de vigilancia penitenciaria de toda España en Barcelona y ya nos estamos intercambiando información. A pesar de ser el más viejo del grupo voy a tomar apuntes porque la realidad penitenciaria española ha cambiado. Durante la dictadura la conocí como preso y en la democracia he visitado las cárceles como abogado, juez, Diputado del Común, he dado charlas... En fin, sé cómo se ven, oyen y huelen.
- ¿Deja algún asunto pendiente antes de marcharse?
- Ninguno. Tras dos años se van a encontrar con los asuntos más relevantes al día. Cuando yo llegué esto era una 'papa caliente'. Se ha hecho un gran esfuerzo en general y yo he tenido que atender situaciones dramáticas día y noche, días laborales, festivos y días de permiso.
- ¿Sabe ya quién es la persona que le sustituirá?
- Será Luz Calvés, que sé que hará un gran trabajo porque ya conoce el Juzgado y los funcionarios la conocen a ella, así que creo que se quedará en muy buenas manos tras mi marcha.
- ¿Qué consejo le da?
- Que sea tan libre como lo he podido ser yo estos años. El Juzgado tiene unos magníficos funcionarios y creo que solo se trata de hacer lo que hacen los buenos entrenadores, que es sacar lo mejor de cada uno en lo individual y como equipo.