¿Hasta cuándo...?

Hasta cuándo abusarás Gobierno de España, de nuestra paciencia? El título de este artículo se inspira, como seguramente muchos de los lectores saben, del famoso inicio del discurso de Cicerón contra Catilina en el Senado romano, el 8 de noviembre del año 63 A.C. . «Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?»

Con ese discurso, Cicerón consiguió abortar una conspiración de Catilina para hacerse con el poder absoluto. La conjura fue descubierta a tiempo y los conjurados fueron derrotados al año siguiente en la batalla del Pistoya.

Escribo estas líneas el día del Pino, 8 de septiembre. Y pido a nuestra Señora, la Virgen, que me inspire palabras acertadas y juicios justos sobre lo que le está pasando a Gran Canaria.

En estos momentos, en estas fechas, los datos son estremecedores:

Primero. Somos la isla con más contagios en Covid-19. De resaltarlo ya se encargan los medios de comunicación propios y ajenos, que ciertamente tenían una política de comunicación bien distinta durante el estado de alarma, donde los fallecidos y contagiados no se pormenorizaban por islas, sino que era Canarias, el archipiélago, quien tenía X muertos o X contagiados. Había una isla con dos tercios de ambos parámetros, pero no se indicaba, o se disimulaba en letra pequeña. Adivinen cual. Y es que la verdad puede ser contada de muy distintas maneras.

En este tema del número de contagios sería muy importante saber de qué porcentajes se está hablando sobre los PCR realizados, puesto si esto son muchos más numerosos, por ejemplo, en Gran Canaria, naturalmente el número total será mayor pero quizás el porcentaje sea similar al de otras islas.

Segundo. Somos la isla en la que están llegando más inmigrantes ilegales, la mayoría al Puerto de Arguineguín, porque es el puerto de referencia del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), un gran acierto poner ese puerto, en pleno corazón turístico de Gran Canaria.

Tercero. Y para colmo de desatinos, resulta que como estamos desbordados de esos inmigrantes ilegales, a algunos se les ha ocurrido, que ya que no tenemos turistas, lo mejor es llenar los hoteles y apartamentos vacíos con inmigrantes. No era compatible y por eso se desmontó, con muchos miles de euros de coste, un campamento de Cruz Roja, que se estaba montando en el Puerto de Arinaga-Agüimes (se dijo que incompatible con el uso industrial de la zona). La alternativa pues son los hoteles y apartamentos en San Bartolomé de Tirajana, Mogán y la propia capital, Las Palmas de Gran Canaria. Según parece, el uso turístico de estos alojamientos, sí es plenamente compatible con el uso humanitario y de acogida de esos miles de inmigrantes que ya nos han llegado y otros muchos miles más que nos vendrán, según todas las previsiones.

Cuarto. No hay política del Estado sobre el control de los flujos migratorios ilegales, no hay acuerdos con los países emisores, no hay vigilancia en alta mar sobre buques nodrizas piratas. Lo que sí hay en todo caso son instrucciones claras para la Delegación del Gobierno en Canarias: que los que lleguen se queden en Gran Canaria. No hay derivaciones, ni a otras islas ni a la península, porque dicen que tendría un efecto llamada. ¡Vaya broma si lo comparamos con el efecto llamada de las imágenes de verlos en hoteles y apartamentos turísticos!

Quinto. Como colofón de todo esto hay propietarios de hoteles y apartamentos que los ofrecen, y consideran que entre tenerlos cerrados y con empleados despedidos o en ERTE, en su desesperación, prefieren jugársela y cobrar del Estado unos euros. Lo peor será una imagen turística destrozada y que será muy difícil de recuperar para Gran Canaria.