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«Hace falta un corpus ideológico en el nacionalismo»

«Hace falta un corpus ideológico en el nacionalismo»

El periodista presenta hoy su último libro, que edita la Fundación Tamaimos. Lleva por título Nacionalismo canario 3.0: Reflexiones, opiniones y propuestas para un nuevo nacionalismo. A las 20.00 será presentado en el canal de Youtube de la Fundación Canaria Tamaimos. Se podrá seguir también en la edición digital de CANARIAS7, en www.canarias7.es.

Jueves, 1 de enero 1970

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f.s.a. / las Palmas de Gran Canaria

— ¿Cómo surge este libro y qué pretende con él?

— En el pasado ya hice algunas incursiones en el nacionalismo, en el pasado de los años 70 y 80, y en esta ocasión se me ocurre mirar hacia el futuro, hacia lo que es el nacionalismo en el siglo XXI. Para eso estructuré el libro en tres partes: digamos que la primera mira al pasado para comprender el presente, y hago un recorrido por todas las formaciones políticas de ese espacio, llegando a la paradoja de que el nacionalismo digamos grande noestá en el poder y el digamos pequeño está al frente de las instituciones; en el segundo hago una mirada del presente hacia el futuro, analizando rasgos comunes a nacionalismos de otros lados y otros específicos, y el tercer bloque es una serie de entrevistas con personas relevantes del espacio político, partidario, sindical y también académico, con una pluralidad de posiciones.

— Canarias sin embargo ha sido siempre un territorio donde las formaciones políticas de ámbito estatal han tenido buenos resultados. ¿Tiene futuro el nacionalismo?

— Lo que dice ha disminuido un poco, porque en las primeras elecciones UCD sacó aquí el 55% de los votos, lo que no conseguía en ningún otro lado. Lo cierto es que el nacionalismo ha resistido, es verdad que menos en las elecciones generales, pero en el ámbito autonómico y local ha resistido. Tendrán que reflexionar las dos organizaciones más relevantes del nacionalismo para que este tenga futuro. Si no está muy pegado a la realidad de la gente, difícilmente va a avanzar. Un nacionalismo que no proteja a su gente y que defienda su territorio, ¿para qué sirve? No tiene ningún sentido. Tendrán que cambiar algunos de sus planteamientos, de sus políticas, de sus prácticas... y reflexionar, porque hace falta un corpus ideológico.

— Habla de un nacionalismo pegado a la gente pero ¿eso significa estar pegado a la isla? ¿Son compatibles el concepto de defensa de la isla y el nacionalismo?

— Como he vivido todas las etapas, creo que las dos posiciones, llevadas al extremo, conducen al fracaso. El planteamiento de la UPC, por ejemplo, era pancanarista y lo de la isla le parecía un elemento de retroceso que no aportaba nada. Eso le llevó, por ejemplo, a oponerse al nacimiento de la ULPGC. El otro extremo, que no tiene en cuenta la realidad insular, tampoco vale para la realidad canaria. Hay que reconocer que hay un hecho que no se puede cambiar, que es que somos islas, pero al mismo tiempo debemos poner en valor que compartimos elementos comunes. Eso lo facilita cada vez más incluso el desarrollo tecnológico.

— ¿Tiene hueco el nacionalismo para estas nuevas generaciones que precisamente por ese desarrollo tecnológico están al tanto no solo de lo que pasa en la isla de al lado, sino en otros continentes? Le recuerdo también esa frase de que el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando.

—(Risas). Algunos hemos viajado mucho y no se nos ha curado. Depende de la visión que tenga cada uno. Si es una visión estrecha, endogámica, por supuesto que el nacionalismo no aporta mucho. Afortunadamente este pueblo es muy abierto, y es perfectamente compatible sentirse profundamente de aquí y compartir proyectos que van más allá, como el europeo. Se puede estar enamorado del timple y al mismo tiempo ser rockero. Es verdad que los cambios generacionales son relevantes, incluso en relación con la visión de las influencias culturales de otros lados, porque antes era mayor la influencia latinoamericana, y ahora la vinculación es mucho mayor con el mundo europeo.

— ¿Detrás del libro hay una voluntad de una serie de personas de obligar a los políticos de las diferentes formaciones nacionalistas a confluir, ya que ellos parece que solo ponen pegas?

— El origen del libro es personal: me puse delante del ordenador para dar forma a ideas que muchas las había expuesto durante años en artículos en este periódico. Intenté darle coherencia a eso. Es verdad que hay un grupo de personas con el que me he reunido en los últimos años, el colectivo Reúna, y que han visto con simpatía este libro, pero insisto en que es un planteamiento personal.

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