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Baños: «En España había más libertades tras la dictadura»

Baños: «En España había más libertades tras la dictadura»

Pedro Baños es coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor en situación de reserva. Acaba de plasmar sus conocimientos de geopolítica, estrategia o seguridad en Así se domina el mundo, un fenómeno literario en el que alerta de las dinámicas de poder que manejan el mundo actual.

David Ojeda y / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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— Cuando pensamos en conspiraciones para manejar el mundo pensamos en la historia e intrigas palaciegas, pero su libro viene a poner de manifiesto que siguen de actualidad...

— No es fácil comprender para la mayoría de la gente, que no tiene que dedicarse a estos temas ni conocerlos. El ejemplo que podríamos poner es el del jugador de ajedrez. Un neófito en el juego no puede entender que un profesional, una de estas mentes privilegiadas, sea capaz de pensar 20 o 30 jugadas más allá. Pues esto es igual. Hay gente que en el plano gepolítico piensa mucho más allá. Esto es sistemático. Ahora mismo hay grandes peleas en el mundo para hacerse con el control, con ansias de poder, de dominar a los demás.

— Si pensamos en grandes líderes nos vamos a Trump o Putin...

— Pero el conglomerado es mucho mayor. Hay una lucha clarísima entre Estados Unidos, Rusia y China que va ir a más, se va a ir agudizando. Pero al mismo tiempo vemos que dentro de esos propios países también hay luchas. En Estados Unidos los demócratas, que no han aceptado la derrota, y buscan sus formas de expulsar del poder a los que les han ganado porque piensan que les corresponde a ellos. En el contexto mundial hay guerras económicas, las religiones también tienen su peso; grupos de presión que quieren poder de todo orden. Y los ciudadanos somos meras marionetas.

— ¿Qué diferencia estas luchas a las que las han precedido en la historia?

— La diferencia es fundamentalmente tecnológica. Hoy en día tenemos un nuevo campo de batalla que es virtual, el ciberespacio. Porque todos vivimos en él. Hay una guerra abierta con el bombardeo de propaganda, de información, de infointoxicación. Que nos hace dudar sobre si la información que recibimos es verdadera o es falsa, porque nos hacen dudar ya que se hace de un modo muy sutil. Las fake news como tal no existen, lo que existen son fake news revestidas de verdad. Para que sea muy difícil localizarlas. La información que nos llega de todos lados está manipulada y tergiversada hacia la línea de pensamiento a la que nos quieren llevar.

— ¿Somos un juguete en manos del poder?

— Cada vez más. Eso es precisamente lo que he pretendido alertar con el libro. Nos va a pasar cada vez más. Estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Somos mucho menos libres de lo que nos pensamos. Estamos retrocediendo en nuestras libertades. Cuando llegó la democracia después de la dictadura había más libertades que ahora. Se imponen escuelas de pensamiento que son muy difíciles de rebatir, incluso avalando lo que se dice con datos científicos. No se puede hacer una versión alternativa, estamos yendo hacia una dictablanda.

— ¿Qué filtros debe poner la sociedad?

— Cuando hablamos de que la Unión Europea ha creado un departamento para combatir las noticias falsas enseguida pensamos en Rusia, pero los primeros que las propagan son nuestros políticos. Incluso existen las noticias falsas comunitarias. No son noticias falsas, son noticias condicionadas. Es fácil analizarlo, solo tenemos que pasar de leer un medio a leer otro para ver cómo son totalmente distintas. Eso pasa en el tema de Cataluña, depende de donde estés parece que vives en dos mundos totalmente diferentes. La manipulación de la información es una constante, que siempre ha existido pero que hoy en día va a más. Estamos bombardeados por información desde todos los sitios.

— ¿Cree, por ejemplo, en unas elecciones catalanas manipuladas por rusos como se ha dicho?

— Hay que dudar. Por muchos motivos. Lo primero es tener la tecnología que permitiera analizarlo. Y no la tenemos. No nos vamos a poner al nivel de Estados Unidos, Rusia o China. China tiene más de 200 superodenadores, Estados Unidos tiene 140 y en Europa solo Suiza tiene uno. Estamos jugando en ligas muy diferentes.

— ¿Qué papel jugamos los ciudadanos en esa guerra?

— A veces por ignorancia, otras veces por prepotencia, nos convertimos en soldados voluntarios. Nos convertimos en víctimas, porque nos manejan. Ejercen un control psicológico de las masas, para que ellas impongan un cierto control sobre los dirigentes y que los ejércitos convencionales sean casi anulados.

— Más difícil de controlar que un campo de batalla...

— Sí, porque al ser un campo físico tú sabes dónde está la línea de enfrentamiento. Pero aquí se trata de la psicología, de las mentes, donde cualquiera puede convertirse en actor involuntario.

— ¿El nexo común de cada conflicto, independientemente del fondo y las formas, es el dinero?

— En el libro lo pongo: la economía manda. Todo tiene un revestimiento económico. En algunos casos suele ser lo más importante. Hay muchas guerras a las que nos llevan tratando de revestirlo de un fondo humanitario, pero al final solo hay un interés económico.

— Visita Canarias para hablar del papel de África en esta conflictiva geopolítica. ¿Cuál es el papel de las islas?

— Canarias debe ser el nexo de unión de Europa con África, sin lugar a dudas. Más allá de Ceuta y Melilla, hay población, capacidad. Puertos importantes y eso tiene que tener una traslación hasta el continente africano, que tiene un potencial máximo pero un futuro menos halagüeño. Por problemas estructurales que tiene: la corrupción galopante en algunos países, las diferencias sociales que tiene; el caso de Nigeria, donde el 70% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza extrema. La problemática del yihadismo o el tráfico de drogas. El cambio climático, en Johannesburgo donde la gente está a punto de acudir a las armas por los recursos hídricos. Y la sobrepoblación, se estima que en 25 años Nigeria puede tener tantos habitantes como la Unión Europea. Si ahora pensamos en que hay migración, en diez años se puede ver multiplicada por 20.

—Con esa radiografía de África, ¿entendemos que es un continente más fácil de manipular?

— Además tiene la desgracia en muchos países de disponer de excesivos recursos naturales de tal manera que toda su grandísima riqueza no llega al pueblo. Así no habrá nunca clase media, por lo que nunca habrá democracia.

Un hombre del ejército.

Pedro Baños, ahora en situación de reserva, cuenta con una importante experiencia en el mundo militar. Este coronel del Ejército de Tierra ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo. Ha participado en misiones en Bosnia-Herzegovina (UNPROFOR, SFOR y EUFOR). Al respecto de su nueva vivencia como escritor, su libro camina hacia la séptima edición, asegura que ha tenido una buena acogida por sus excompañeros porque la crítica «es a los políticos».

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