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Un fotograma de la serie.
'Pacific Rim: tierra de nadie' y su culto al monstruo

'Pacific Rim: tierra de nadie' y su culto al monstruo

Segunda temporada ·

La segunda temporada de la serie de animación basada en la creación de Guillermo del Toro consigue enganchar más que su predecesora, con un final apoteósico que da por concluida esta historia animada de robots gigantes y monstruos apocalípticos

Lunes, 25 de abril 2022

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Se habla estos días del resbalón económico de Netflix, que parece incapaz de contener la sangría de suscriptores que se han dado de baja de la plataforma últimamente. Sea el aumento del precio de su tarifa plana esencial, la dura competencia en la guerra del streaming o la evolución inevitable del espectador multipantalla, quizás harto de más cantidad que calidad, lo cierto es que el consumo audiovisual se fragmenta cada día más y es difícil contentar lo suficiente a un público masivo con el objetivo de que permanezca fiel a una sola empresa de entretenimiento bajo demanda, como si fuera un sello total de garantía. Más allá del simple nicho es difícil ensanchar audiencia, por no hablar de la locura que significa para el usuario de a pie rascarse el bolsillo para apuntarse a la totalidad de una oferta que no cesa, probablemente por encima de la actual demanda. Tanto menú a la carta, incluso haciendo criba, resulta un buen palo a fin de mes. El espectador sigue eligiendo lo que ve, o eso nos quieren hacer creer, lo que significa que las empresas de vídeo bajo demanda tienen que ponerse las pilas y ofrecer aquello que brilla y no tienen las demás compañías. En este sentido es el momento de romper una lanza a favor, curiosamente, de la iniciativa que más invierte en marketing, porque gracias a su programación podemos degustar series y películas de otras latitudes cuya frescura es incontestable, especialmente material de procedencia oriental que no está tan presente en otras operadoras. El auge del anime y el manga a nivel global tiene que ver directamente con su apoyo a este tipo de producciones. Fenómenos excepcionales, del nivel de 'El juego del calamar' o 'La casa de papel', no han surgido por otros cauces, salvo el tramo final de 'Juego de tronos'.

Sirva este párrafo introductorio, un ataque de columnismo, para evidenciar el interés de una buena parte de la oferta de Netflix, popular plataforma a la que siempre se le achaca fundir el cerebro del espectador -una cacería a la que nos apuntamos intermitentemente-. En el campo de la animación son conscientes del tirón y han apostado por series y largometrajes muy personales, como la reciente 'Apolo 10½: Una infancia espacial', lo último de Richard Linklater, o la antología de culto 'Love, Death & Robots'. Su oferta de anime es poderosa, abriendo nuevas vías en el género, cruzando ideas que dan lugar al lanzamiento que nos ocupa, la segunda temporada de 'Pacific Rim: Tierra de nadie', prolongación de la película de Guillermo del Toro que puso de moda en Occidente el enfrentamiento entre kaijus y robots gigantes, convirtiendo en realidad un sueño de la infancia. El oscarizado cineasta de origen mexicano logró aunar en pantalla grande a un surtido de ingeniosos remedos de Godzilla peleando contra Transformers poseídos por el espíritu de Mazinger Z. El resultado fue 'Pacific Rim' (2013), un buen artefacto rendido al entretenimiento que cautivó a los amantes de las espectaculares luchas entre mastodontes. Colosos intercambiando mamporros en un mundo futuro.

Una inevitable secuela llegó años más tarde, esta vez sin el máximo responsable de 'El laberinto del fauno' tras la cámara, aunque figuraba en la producción ejecutiva. 'Pacific Rim: Insurrección' trasncurría una década después de la primera invasión de kaijus, léase engendros gigantes. Los Jaegers, titanes de metal pilotados por dos personas a la vez, les hacen frente. Steven S. DeKnight saltaba al formato largo tras realizar numerosos episodios para series televisivas como 'Spartacus'o 'Daredevil'. La imaginería se amplió todavía más el pasado año con el lanzamiento vía Netflix de la serie 'Pacific Rim: Tierra de nadie', un paso más allá en la historia. Su continuación, siete episodios en torno a 22 minutos, supone el fin definitivo del arco argumental.

Apocalipsis kaiju

'Pacific Rim: Tierra de nadie', dirigida por Jae Hong Kim ('Lost in Oz') y Hiroyuki Hayashi, con guiones de Craig Kyle y Greg Johnson, describe la travesía de dos hermanos, cuyos caracteres chocan notablemente, en un planeta asolado por la destrucción. Los descomunales monstruos han sido enviados para allanar una invasión extraterrestre. El apocalipsis es tremendo, apenas quedan seres vivos sobre la tierra desértica. El dúo protagonista continúa el viaje en busca de sus padres a bordo del titán Atlas Destroyer. El periplo accidentado les lleva a conocerse a sí mismos y a toparse con otros supervivientes de la gran tragedia, no todos con buenas intenciones ni necesariamente humanos (una adolescente asesina, un niño kaiju...). En la nueva temporada se multiplican los giros, con llamativos cliffhangers al final de cada episodio, que dejan al espectador en vilo -a la vieja usanza, como cuando la televisión emitía un capítulo semanal y dejaba el suspense en el aire con un corte rotundo en el clímax-. La sesión se ve del tirón, engancha sin remedio, con escenas de acción bien articuladas, algunas muertes inesperadas y unas villanas hipnóticas: las Hermanas del Kaiju, inquietantes, crueles y diabólicas. Profanar su territorio es jugarse el pellejo. Encabezadas por la Suma Sacerdotisa, su peligroso culto hace que actúen como un letal enjambre silencioso. Algunas secuencias oníricas se antojan un jugoso extra. La ambientación desoladora, en el buen sentido, tan simple como efectiva, arropa una colección de personajes esquemáticos que llevan bien la trama y evolucionan lo suficiente para generar suspense, sin que su plano emocional importe demasiado.

Un fotograma de la serie.
Un fotograma de la serie.

'Pacific Rim: Tierra de nadie' emplea una técnica extendida que fusiona la animación 2D y los avances infográficos, dando pie a un estilo que ya hemos podido ver con anterioridad en propuestas como la serie 'Ghost in the Shell: SAC_2045'. La historia transcurre después de los acontecimientos vistos en las películas predecesoras. Abre nuevos caminos, al presentar una confrontación a dos bandas, también entre los seres humanos, mientras el mundo arde. Polygon Pictures, un estudio japonés especializado en animación 3D, artífice de las últimas películas animadas de Godzilla, 'Knights of Sidonia' o 'Tron: Uprising', firman el apartado técnico de una aventura que expande el universo creado por Del Toro, cuya pasión por la animación es evidente en otros títulos que llevan su sello como 'Trollhunters' o 'Magos: Cuentos de arcadia'.

'Pacific Rim: tierra de nadie' está disponible en Netflix.

Vídeo. El tráiler de la serie.

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