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La supremacía británica en la ficción audiovisual es bastante notable, por no decir evidente, especialmente en el terreno del thriller. El formato miniserie lo manejan en Reino Unido a gusto y con gusto, con temporadas autoconclusivas que basculan alrededor de cinco o seis capítulos, la duración perfecta para no alargar demasiado el argumento. De hecho, 'Hijack', titulada 'Secuestro en el aire' en castellano, para que no haya lugar a engaños, llega a los siete episodios y no hubiera estado de más quitarle una entrega, al margen de su interés e intensidad. Probablemente la serie hubiera quedado más redonda limando algunas asperezas y detalles forzados, traducible en minutaje, pero el conjunto engancha con nota alta y confirma la calidad que mantienen, regularmente, las producciones que nutren el catálogo de Apple TV, quizás la plataforma más preocupada por mantener el nivel en su oferta, aunque estrenen menos lanzamientos que la competencia. A ver cómo evoluciona Disney+, por ejemplo, en este sentido. La factoría del ratón ha anunciado un aumento en sus tarifas, ignorando algunos batacazos sonados, en cuestión de creatividad, entre sus últimas propuestas. Algunas de sus franquicias más populares se tambalean, a la espera del estreno de 'Ahsoka' —el sello Marvel tiene que ponerse la pilas cuanto antes—.
Centrándonos en la recomendable 'Secuestro en el aire', protagonizada por Idris Elba, un tipo que llena la pantalla con su físico y carisma —sublime en 'Luther', a pesar del traspiés de su última aventura en formato largo estrenada directamente en Netflix—, cabe destacar el indudable talento de la serie, desde la escritura, para atrapar al espectador, con algunas secuencias de auténtico pánico en el aire. Estamos ante otro relato de intriga con el secuestro de un avión como base fundamental sobre la que se construye el suspense pero la presentación de los personajes, su evolución y el desarrollo de los acontecimientos no exprimen la previsibilidad.
La historia no se hace pesada al alternar escenas en el interior del aeroplano con varias subtramas que transcurren en el exterior, sobre todo entre despachos, donde el politiqueo manda, y en las calles de un Londres cosmopolita, moderno y actual. Todo está interconectado, con inesperados giros de guion y oportunos cliffhangers al final de cada episodio hasta el desenlace final. La tensión va in crescendo y envuelve al espectador con algunos momentos conseguidos a la hora de transmitir la angustia de los pasajeros secuestrados. Según vamos conociendo algunos detalles de los implicados, aumenta el misterio y el descontrol.
'Secuestro en el aire' sabe dosificar la información a la audiencia. Plantea dilemas morales frente a la tragedia y no se casa con ningún personaje principal. Es más, el rol encarnado por Elba no empieza con buen pie. No es de fiar, a propósito. Hay momentos en los cuales cae antipático porque no sabemos con exactitud lo que trama y de qué parte está. En su vida diaria se dedica profesionalmente a mediar en grandes negociaciones de empresas. Cuando la cosa va mal, interviene con sus argucias para reconducir el posible acuerdo por donde le interesa a sus clientes. Así se comporta con los secuestradores, unos títeres que obedecen a una causa mayor, algo aturdidos por la situación —a ratos, se les va de las manos—, que escuchan los consejos del pasajero insolente. Hasta avanzada la acción no somos conscientes de lo que está pasando realmente. ¿Por qué han secuestrado el avión? 200 pasajeros van perdiendo los nervios mientras la policía, familiares y amigos mueven ficha en el exterior a kilómetros de distancia para resolver el caso con el menor número de víctimas posible. Rumbo a Londres desde Dubái, la realidad va desgranándose y somos partícipes, como público, de lo que está pasando en todos los escenarios, construyéndose el entuerto con bases firmes. Los personajes son ambiguos, luego humanos. Cuando el villano está localizado, aparece uno mayor. No habrá paz hasta que el aparato aterrice o se estrelle en alguna parte del mundo.
Jim Field Smith y George Kay ('Lupin', 'Criminal') son los creadores y máximos responsables de 'Secuestro en el aire', cuyo enredo arranca con tranquilidad y se mira en títulos como la estimable película 'United 93', de Paul Greengrass, donde la historia transcurre en tiempo real, como en la serie que nos ocupa —el vuelo dura aproximadamente siete horas—, una buena muestra de entretenimiento e incertidumbre, en la línea de la añorada serie '24'. No es rompedora pero trabaja bien las emociones, a diferencia de otras producciones cercanas, sin la necesidad de recurrir a recursos manidos, como la tensión sexual o el lagrimeo, mientras se van desvelando incógnitas. Elba funciona en su papel de negociador nato, siempre con ases en la manga y una innegable capacidad oratoria. Le secundan actores como Archie Panjabi ('Run'), Christine Adams ('Black Lightning'), Max Beesley ('Operación Fortune: El gran engaño'), Eve Myles ('Torchwood'), Neil Maskell ('Utopia'), Harry Michell ('Una y otra vez'), Holly Aird ('Silent Night'), Aimee Kelly ('El duque'), Antonia Salib ('Caballero Luna') o Paul Hickey ('La infamia'). No hay violencia extrema, por cierto, para los más impresionables, aunque quizás al personal más sensible se le quiten las ganas de viajar en avión durante un tiempo. Si algo se le puede achacar a la serie es el doble clímax final. No había necesidad de dar otra voltereta en la conclusión. La credibilidad del espectáculo pende de un hilo continuamente, es parte de la gracia, pero hay algún tropezón evitable, pequeños errores fáciles de asimilar para una correcta digestión en pos de la diversión. Cabe señalar de nuevo la duración de la sesión de siete episodios, por otra parte ineludible atendiendo a lo que tarda el vuelo exactamente en llegar… ¿a buen puerto? Bon voyage!!!
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