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Brendan Fraser en 'The Whale'.
Pelicula de Brendan Fraser | Crítica de 'The Whale': porno emocional

Crítica de 'The Whale': porno emocional

Merece la pena ver el trabajo mayúsculo de Brendan Fraser, nominado al Oscar, aunque le toque protagonizar una historia que se torna caricatura debido a sus excesos en busca del drama

Jueves, 26 de enero 2023, 07:21

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Se antoja una película de terror, quizás involuntariamente, la última propuesta del neoyorkino Darren Aronofsky, cuya mística de manual new age despierta filias y fobias. El personaje interpretado con las vísceras, bajo capas de maquillaje y prótesis de látex, por un enorme Brendan Fraser -por favor, que le den el Oscar-, es un individuo aislado y autodestructivo, sumido en la soledad de un confinamiento descorazonador. La devora la depresión, una insoportable existencia marcada por la muerte de un ser amado, mientras engulle grandes cantidades de comida basura. Un rol difícil, que se mueve entre la compasión y el rechazo, entre la empatía y la repugnancia. Su drama es estratosférico y la comida es su droga, la misma que le está matando. Apenas puede moverse del sofá, está inmenso y nadie puede parar la tragedia. El corazón no le da para más. Un retrato cruel sobre la obesidad que no deja lugar a la esperanza.

Como hiciera en 'El luchador', León de Oro en el festival de Venecia en 2008, su mejor película, ópera prima aparte -dejó boquiabierto a más de un detractor con el retrato visceral de la decadencia de un deportista de éxito en horas bajas poniendo toda la carne en el asador-, en 'The Whale' su máximo artífice también ha sabido contar con un actor cuya vida real ha sido vapuleada, como si el peso que acarrea, el drama personal, empapara al trágico personaje que encarna en la ficción. En su día rescató al inefable Mickey Roorke del ostracismo, con la cara desfigurada por el boxeo, el bótox y la mala vida, y en su nueva apuesta el director de 'Pi, fe en el caos', el debut con el que rompió moldes en 1998, ha llamado a Fraser, cuya carrera meteórica en Hollywood sufrió un revés al ser víctima de acoso sexual, una lacra desgraciadamente habitual en el mundo del espectáculo. El protagonista de la taquillera saga 'La momia' cayó en un profundo abismo del que está saliendo en la actualidad, poco a poco, después de denunciar públicamente un hecho avergonzante. La tristeza se ve en su rostro.

Vídeo.

Es absolutamente brutal el trabajo del actor de 'Cabezas huecas' en 'The Whale'. Una pena que el guión, basado en una obra de teatro, sea tan manipulador, así como la dirección. Aronofsky fascina u horroriza, no hay medias tintas ante su obra. Aquí se deja llevar por el lado lacrimógeno de dramas humanos como 'Mar adentro', elevando al cubo, forzadamente, toda maniobra imaginable para conmover al público. El resultado es burdo, propio de un telefilme de domingo, como antes se denominaba a este tipo de películas que no se cortan a la hora de exprimir los recursos más baratos del lenguaje audiovisual en pos del lloriqueo, pasándose de la raya. Todos los mecanismos funcionan a todo trapo, a lo largo de casi dos horas de porno emocional, ¿marca de la casa? Afortunadamente, el trabajo de Fraser es digno de ser visto. Es más, toda película de Aronofsky es diga de ser vista: siempre tiene algo interesante en sus imágenes y hay que aplaudir su deseo de no dejar indiferente a la audiencia. Su filmografía es peculiar y ecléctica, errática a ratos, siempre polémica. A priori sus películas no se parecen entre sí, tampoco su resultado, pero como cineasta sabe dejar siempre su personal impronta. Muchos espectadores se vieron hipnotizados ya desde sus primeros pasos, con títulos como 'Réquiem por un sueño'. Para algunos, una obra magna. Para otros, cine de postal, excesivamente moralista, incluso reaccionario.

De culto

Darren quiere lucir la etiqueta de autor, caiga quien caiga. Su obsesión por demostrar su diferencia frente al resto le llevó a pinchar con 'La fuente de la vida', un filme tedioso, rozando el ridículo en algunos pasajes con Hugh Jackman caracterizado como gurú del mindfulness antes de que se pusiese de moda. Llegó de nuevo el éxito de crítica y público de la mano de 'Cisne negro', siempre apostando por el cine de género, con el que juega a su antojo con mayor o menor acierto. 'Mother!', más cercana en el tiempo -vamos a olvidarnos de la absurda 'Noé'-, remarcó su condición de creador controvertido, enarbolando un filme algo tramposo e incómodo, notablemente pretencioso, que se revelaba como una lección de teología de saldo que remitía inevitablemente al Polanski de 'La semilla del diablo'. En este marco se sitúa 'The Whale', cuyo relato, resumido, podría ser un cortometraje brillante, contando más y mejor en menos tiempo. Nos quedamos con esa actuación sublime, y la de sus compañeras de casting, igualmente excelsas: Hong Chau especialmente, junto a la joven Sadie Sink y Samantha Morton. Un tour de force interpretativo en toda regla el que se marca el artista principal, física y mentalmente. Clásica narrativamente, sombría en su estética -opresiva por momentos-, la pieza busca la lírica demasiado tarde y su corrección frente a la posible vulgaridad acaba trastocando fondo y forma.

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