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Directo Vegueta se tiñe de blanco con la procesión de Las Mantillas

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En los tiempos que corren donde el 90% de la población, por decir algo, tiene un teléfono móvil inteligente en su bolsillo, es raro que no suceda algo y que minutos después estén corriendo las imágenes por todas las redes, foros y grupos de whatsapp habidos y por haber. Hago esta introducción a colación de un vídeo de una pareja manteniendo relaciones sexuales en Playa del Inglés, a la luz del día y delante de todo el mundo sin ningún tipo de pudor.

Ese vídeo se propagó aún más y más rápido después de que los medios de comunicación se hiciesen eco de la noticia y que ponía a la isla de Gran Canaria en el epicentro informativo a nivel nacional.

Y no es que ahora la gente tenga menos vergüenza que antes, o eso creo yo. El principal problema de esto es que en la actualidad todo lo que ocurre en cualquier sitio se graba o fotografía y se convierte en un fenómeno para el posterior escándalo de los que se ruborizan por hechos impúdicos llenos de arena con el faro de Maspalomas como fiel testigo.

No creo que esta sea la mejor imagen que se debe de transmitir tanto de la isla de Gran Canaria como de una fiesta que crece año a año como es el Gay Pride, pero en este caso, llueve sobre mojado tras otro vídeo que el año pasado se convirtió en protagonista y que fue grabada por una pareja de policías.

Entiendo que no se puede generalizar, como es obvio y considero que el Gay Pride no es una fiesta en la que todo vale, pero sí que me gustaría recomendarles a esos que luego se ruborizan que en vez de sacar los móviles para grabar y reír las gracias ajenas, que tomen partida en el asunto y eviten que se eleve a noticia de referencia lo que debe de ser un hecho aislado.

El uso de móvil a la hora de inmortalizarlo todo es adictivo y un generador de recuerdos que ojalá hubiese tenido yo durant mi infancia para poder así recordar como era la inocente vida de uno antes de la madurez. Pero como todo en la vida, los excesos son negativos y solo hay que recordar un caso como claro ejemplo de ello. Fue durante el atraco perpetrado a una joyería de Meloneras cuando los testigos, en vez de llamar a la policía, se dedicaron a inmortalizar a los delincuentes.

No hay que perder el norte y cuando hay algo en lo que no nos gustaría figurar como actores protagonistas, mejor usar el móvil para llamar a quien proceda.

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