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Una legislatura demasiado corta

Una legislatura demasiado corta

«Pasado el verano, tendremos la primera prueba a sortear por Sánchez: la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. ¿Cómo lo hará? Pues esa es la incógnita»

Jueves, 16 de julio 2020, 18:25

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El Congreso de los Diputados que se acaba de constituir será la mar de interesante. Los rifirrafes entre Pablo Iglesias y Santiago Abascal prometen. Lo que, de paso, resta protagonismo a Pedro Sánchez y Pablo Casado. De algún modo, recordará las mejores sesiones del parlamentarismo de la Segunda República y la sociedad de masas. Cuando el foco mediático no está en el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, que no lo estará en exclusiva, difícilmente la legislatura se agotará tras los cuatro años previstos. Antes o después, se adelantará la cita con las urnas. Si a esto le sumamos el problema catalán y los escaños de los enjuiciados en el Tribunal Supremo, mayor margen no se puede esperar.

Pasado el verano, tendremos la primera prueba a sortear por Sánchez: la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. ¿Cómo lo hará? Pues esa es la incógnita. Casi o más sobre el otro examen que tiene antes: la sesión de investidura como presidente. Y aquí con Podemos, ni mucho menos, es suficiente. Hace falta aunar a más socios. Es evidente a pesar de la aparente calma que ha reinado este mes y que solo responde a la necesidad de todos por esperar a los comicios autonómicos y locales del próximo domingo para saber cómo queda ya del todo definido el panorama.

Si el pasado mandato, el de Mariano Rajoy, que surgió precisamente tras la obligación de repetir los comicios en junio de 2016 pues en diciembre de 2015 no hubo manera de encajar el puzle, no culminó los cuatro años previstos, ¿qué va a suceder ahora? En cualquier momento, el menos pensado, se disolverá las Cortes Generales y habrá, otra vez, elecciones. Sobre todo, si Sánchez se aferra a la mágica ocurrencia de gobernar solo e invocar a la geometría variable que desplegó José Luis Rodríguez Zapatero. Pero entonces el número de escaños que disponía el PSOE era más alto que el actual. Eran aún los tiempos propios del bipartidismo. Y esto es otra cosa. De hecho, la sociedad bien que lo sabe porque ha padecido la inestabilidad gubernamental en estos últimos cursos.

Tan de moda que están las series de televisión, no digamos las que versan sobre la política, y en la realidad tenemos la mejor. Basta con hacer un repaso a cómo estaban los partidos hace un par de años y sus respectivos líderes, o quiénes eran, y compararlo a día de hoy y el resultado es asombroso. Nadie puede predecir qué será de aquí a 2020 o 2021. Pero el futurismo apunta a cambios y más cambios. Y algunas quinielas podrían quedar ampliamente superadas. Así que menos ficción televisiva y atenerse a la política patria. No hay que ir más allá. Por cierto, el nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias permite al jefe del Ejecutivo disolver la Cámara cuando lo desee y convocar elecciones, ¿sucederá por primera vez? Dependerá de los resultados que conozcamos el domingo por la noche.

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