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Votar sin ambigüedad

Jueves, 1 de enero 1970

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Depositar el voto en la urna y saber que el partido al que has votado harán lo que tu no quieres conduce a la frustración. Voy a ir a votar el 26 de mayo, pero yo, como muchos ciudadanos canarios, queremos tener claro qué hará el partido en el que depositemos nuestra confianza, al que confiamos nuestra representación, después del 26M. Saber con quién pactará el partido al que voto me parece importante en estas elecciones en la que la fragmentación en el Parlamento y la existencia de dos corrientes claras, una progresista y otra de derechas, pugnan por un pacto.

El contexto no puede dar lugar a ambigüedades. Estamos viviendo la expectativa de un gran cambio de rumbo en Canarias liderado por el PSOE, al que las encuestas lo colocan como claro vencedor, en votos y escaños, frente a una Coalición Canaria situada por Fernando Clavijo en la derecha, cansada y desgastada de tantos años de Gobierno y sin nada nuevo que aportar a la sociedad Canarias.

Podemos adivinar, pero es sólo fantasía de electores, que si los números dan el PSOE tomará las riendas de un pacto de progreso con Podemos, Nueva Canarias y, no tenemos la certeza, que también con Ciudadanos. Los gomeros de Casimiro saltarán del barco del perdedor, o se ofrecerán al mejor postor. Ahora bien, parece un hecho evidente, no imaginación, que la derecha, con CC liderando el pacto y con el PP de aliado incondicional, tiene decidido quedarse en el Gobierno cuatro años más si sus números le alcanzan.

En el ámbito progresista hay dudas razonables. Falta que algunos partidos señalen claramente el compromiso ante los electores de qué es lo que van a hacer con sus votos, especialmente el Partido Socialista Canaria, cuyo líder ha venido jugado a la ambigüedad en sus declaraciones. Ángel Víctor Torres lo más que ha llegado a decir es que “con quien ha generado la pobreza en Canarias no pactará”, sin especificar claramente si se trata de Coalición Canaria, con o sin Fernando Clavijo, al que colocan ya en el Senado. Pedro Sánchez usó el jueves el mismo lenguaje en el mitin del Pilar Nuevo, en Vegueta: “Cambio, cambio cambio”, en relación a CC. Si los electores interpretamos correctamente los mensajes podemos concluir que el PSOE cierra la puerta a un pacto con CC, pero también da pie a dudas razonables que deben ser disipadas.

Para el PSOE si, como vaticinan las encuestas es el partido más votado y que más diputados obtiene, la victoria más justa es que que impida cualquier tipo de pacto con CC e iniciar la senda de la renovación en las islas, la del cambio que proclamaba Pedro Sánchez. En la cabeza de algunos dirigentes del PSOE hay otros escenarios que Román Rodríguez ha recordado estos días. Ganar y quedarse con la Presidencia del Gobierno eliminando a Clavijo de la escena política no deja de ser una proeza, pero insuficiente para el cambio que necesita Canarias y para las muchas expectativas que han puesto en un pacto de progreso los electores.

Nueva Canarias y Podemos han sido rotundos al aclarar a sus electores que no pactaran con el partido que ha llevado a Canarias a una situación insostenible, con el que ha gobernado más de medio siglo las islas, ahora mismo a la cola en todos los parámetros medibles del Estado.

Pero en la senda de la ambigüedad está también Ciudadanos, partido que ha dicho que con un imputado no pactará, situándose en la misma línea en la que están algunos de los barones de CC, de prescindir, si es necesario de Clavijo, para salvar la participación en el próximo gobierno y colocar en el Gobierno a José Miguel Barragán o a Rosa Dávila. La postura de Ciudadanos concuerda con el pacto secreto que dice tener Rivera con Casado para cerrar el paso al PSOE en todas las comunidades y ayuntamientos de España. Ciudadanos debería aclararlo a sus electores.

Para los partidos políticos pedir el voto a ciegas es cómodo y fácil. Para los electores votar a ciegas es más complicado. La situación de Canarias, merece un esfuerzo de posiciones, poner las cartas sobre la mesa, aunque mucho me temo que la buena política, la de la transparencia y la sinceridad hacia los electores, no es la que impera en esta campaña. La ambigüedad es mucho más rentable a la hora de justificar lo que se haga después del 26 de mayo.

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