Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

David Silva deja La Roja tras una trayectoria personal muy brillante. En la calidad de su fútbol y en la contribución a los éxitos de una generación extraordinaria, a la que no me resisto a calificar de irrepetible. Aunque difícil será repetir esa etapa gloriosa de títulos, dos europeos y un mundial, con estilo propio, con un fútbol de enorme belleza que han terminado copiando otros. Ángel Cappa dijo del hasta ahora número 21 de la selección: «Es de los pocos jugadores, por su talento y habilidad, que más que ocupar un puesto determinado utilizan un punto de partida tácticamente, aunque en realidad son más útiles cuando juegan con mayor libertad de movimientos».

El adiós de Silva se suma a los muy recientes de Andrés Iniesta y Gerard Piqué. Y a los anteriores de otros jugadores clave en los mayores logros del fútbol español a nivel de selección: Xavi Hernández, Iker Casillas, Carles Puyol, Xabi Alonso o David Villa. Sin recurrir a un fútbol marcado por la furia ni por la casta, que a tantos fracasos condujeron, y sí regalando muchas dosis de calidad e inteligencia. Dirigidos por un atrevido Luis Aragonés, que rompió moldes y complejos, que apostó por los bajitos y que pasó de las presiones de los medios de comunicación de Madrid; y, posteriormente, bajo la batuta de Vicente del Bosque.

Estos días he escuchado distintas opiniones sobre el genial jugador grancanario. Para algunos es, sin duda, el mejor jugador canario de la historia. Por títulos alcanzados habrían muy pocas dudas al respecto. Tanto los ganados en la selección como los logrados en el Valencia, la Copa del 2008, y en el Manchester City, especialmente la última Premier League. O por su participación en la selección: 125 partidos y 35 goles, cuarto goleador histórico.

Por su calidad futbolística, tampoco. Aunque tendría que pelear semejante galardón con algunos otros. Voy a opinar solo de los que tuve la oportunidad de ver jugar, es decir, desde el tramo final de los sesenta a hoy. Me es imposible hacerlo, salvo por referencias, de otros anteriores extraordinarios jugadores: Luis Molowny, Alfonso Silva, Rafael Mujica, Felo Batista, Lobito negro, Miguel el palmero, Padrón el Sueco o Hilario Marrero. Y, si tuviera que elegir a tres, me inclinaría por Germán Dévora, Juan Carlos Valerón y David Silva. Sin olvidar a grandes jugadores, como Juanito Guedes, Tonono o Martín Marrero, considero que Germán, Valerón y Silva reúnen méritos más que suficientes para ocupar ese imaginario podio.

Identidad. En mi libro El fútbol canario. Identidad, Valerón y otros desmarques dediqué un capítulo a reflexionar y recoger opiniones diversas sobre quiénes habían sido los mejores jugadores canarios de la historia. Para Germán Dévora los más destacados de su época eran Tonono y Guedes. «Juanito defendía, recuperaba balones, jugaba en corto y en largo. Yo no he visto nadie con una pierna izquierda de mayor precisión que la suya», asegura. No se olvida de Gilberto II, «tenía un gran nivel» y de Castellano, «un gran defensor y un jugador tremendamente inteligente que nunca hizo lo que no sabía: nunca le vi regatear». Francisco Galante, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, remonta su mirada a los años sesenta del siglo pasado. Y cita a Tonono, Guedes, Germán, Correa y Martín Marrero, «desde su etapa en el CD Tenerife».

Por su parte, Javier Domínguez, autor de numerosos libros sobre el fútbol de las islas, asegura que «antes de la guerra civil tenemos a Padrón el Sueco e Hilario Marrero. Después en los cuarenta y cincuenta, Alfonso Silva y Luis Molowny fueron los pioneros del fútbol espectáculo en España. A ellos se les podría añadir Rafael Mujica, jugador de gran clase también admirado y valorado». Ya en los sesenta hace referencia a Guedes, Tonono y Germán. Mientras que Malena Millares, autora del blog Ir al Golpito, apunta los nombres de Alfonso Silva, Molowny, Germán Dévora, Juan Guedes y Tonono.

Juan Galarza, autor de varios libros sobre el fútbol tinerfeño, destaca a los históricos Arencibia, Semán, Alfonso Silva, Juanito Guedes y Germán. Y, ya en este siglo XXI, a Valerón, David Silva, Ayoze Pérez, Vitolo Machín y Pedro Rodríguez. Pacuco Rosales evoca a Alfonso Silva, «probablemente el más fino de aquella época, Parodi, Larraz, un extremo rápido y habilidoso, Mujica o Beltrán». Y, de la etapa en la que fue futbolista, «Tonono, Guedes o Germán, pero también Gilberto II o el propio Castellano».

Como ven, para gustos colores. Y, también, futbolistas. Aunque hay diversos nombres que se repiten en las preferencias de todos ellos. Pero volvamos a Silva, David, el mejor futbolista canario de la última década y para algunos el mejor de siempre. Germán Dévora lo compara nada más y nada menos que con Lionel Messi: «Lo considero después de Messi el mejor pasador que hay en las cercanías del área. En mi opinión se desaprovechan mucho sus cualidades cuando se le obliga a jugar arrimado a la banda».

Igual de contundente es Javier Domínguez, para quien Silva es el mejor jugador canario de todos los tiempos. El escritor Santiago Gil también incluye a David entre los más grandes: «Cuando pasen los años nos asombraremos de todo lo que ya ha conseguido y de lo que supone ahora mismo en el fútbol mundial».

Eibar. La primera vez que vi jugar a David Silva fue en un partido televisado en la cancha del Eibar, club al que lo había cedido el Valencia. Me impresionó la calidad, el desparpajo y la entrega de aquel pibe que debía rondar entonces los veinte años. Y desde aquel momento le presté atención a su trayectoria y progresión, confirmándome que estábamos ante uno de los mejores futbolistas contemporáneos españoles y uno de los más brillantes de los nacidos en Canarias.

Me hubiese gustado, claro está, que desarrollara al menos parte de su carrera en la UD, pero desde muy joven fue captado por el Valencia que lo fogueó en Eíbar y Celta. Lo que sí ocurrió con Germán, que jugó exclusivamente en Las Palmas, o con Valerón que, aunque destacó en Mallorca, Atlético de Madrid y, especialmente, Depor, inició y finalizó su carrera con la camiseta amarilla. Como también sigo soñando con un equipo basado esencialmente en la cantera, como el que nos deslumbró en los sesenta/setenta o el más reciente dirigido por Quique Setién y que tan buen fútbol desplegó. ¿Utopía o quimera?

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios