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‘Sansofé’, un viaje en el tiempo... o no

‘Sansofé’, un viaje en el tiempo... o no

Jueves, 1 de enero 1970

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Ahora lo cuentas y parece casi imposible: en los años 70, con Franco vivo, salió al mercado en Canarias una revista llamada Sansofé que contaba con un puñado de profesionales que se empeñaron en pasar la realidad oficial por el prisma de la única realidad posible y ponerla en negro sobre blanco. Y ya saben lo que pasó: la censura puede ser tonta -de hecho, sobran pruebas de ello- pero en sus genes está la eficacia y siempre encuentra una fórmula para silenciar esa libertad: ya sea persiguiendo de oficio al periodista, secuestrando las publicaciones o ahogando económicamente a la empresa editora. Fue esto último lo que sucedió y así, de manera abrupta, acabó la primera etapa de Sansofé, que luego reapareció, cual Guadiana, pero para tener una vida efímera.

Tres años de su vida ha dedicado Nicolás Guerra Aguiar, que no sabe estarse quieto pese a que muchos ansiamos la jubilación pensando que lo ideal es pasar el día recostados en el sofá, a desentrañar cómo fueron aquellos inicios de Sansofé y cómo fueron aquellos expedientes sancionadores. El libro, que fue presentado ayer en la Biblioteca Pública del Estado, en la capital grancanaria, supone un viaje en el tiempo a un tiempo donde hablar de libertades era un pecado, pero supone también un interesante ejercicio de análisis del singular oficio de censor. Porque así como los vigilantes del orden establecido se creían por encima del resto de los mortales, la lectura de sus expedientes lleva a más de uno a la conclusión de que convivían con la paranoia. Eran algo así como rehenes de su particular síndrome de Estocolmo, con el añadido de que aplicaban su rigor de censores hasta unos extremos que acababan rozando lo sencillamente ridículo.

Y luego queda otra reflexión al pasar las páginas del libro de Nicolás Guerra Aguiar: aquello sí pasó en otro tiempo, hace exactamente cuatro décadas y media, pero en ocasiones se parece algo a lo que estamos viviendo. Esta semana, cuando escuchaba a todo un fiscal general señalar que lo que se debe investigar no es si hay connivencia entre operadores jurídicos y políticos más o menos sospechosos de corrupción, sino cómo es posible que trascienda a los medios el contenido de un sumario judicial, uno se pellizcaba para comprobar si seguíamos en el año 2017 o habíamos retrocedido hacia tiempos que pensábamos felizmente archivados.

Para acabar, una recomendación: ahora que se aproxima en Gran Canaria la Feria del Libro, busquen la obra de Nicolás Guerra y regálenla. O regálensela.

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