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Las listas de Sánchez

Jueves, 1 de enero 1970

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Toda convocatoria electoral lleva implícitamente su letra pequeña: la confección de las listas. Es la oportunidad por la cual el que tiene mando en plaza perpetra sus intenciones para dejar una formación en la que se premia y castiga supuestas fidelidades. Si a eso le añadimos que la lealtad en los partidos se entiende por último como de naturaleza perruna (con todo mi cariño a los perros) pues el menú da para lo que da. Ayer El Mundo desplegó una noticia sobre la candidatura a la Eurocámara en la que dejaba fuera, entre otros, a Juan Fernando López Aguilar. El exministro fue precisamente el cabeza de cartel a Bruselas en 2009 en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, tal como avanza el diario editado en Madrid, Sánchez no quiere nada que le recuerde a la era de Zapatero o Alfredo Pérez Rubalcaba. Eso sí, Josep Borrell (que suena como candidato a la Eurocámara) fue ministro con Felipe González. O sea, que no parece que el criterio se aplique por igual a todos. Y directamente realza las declaraciones de Alfonso Guerra sobre el nuevo PSOE que, por lo tanto, encubre otro viejo que según Ferraz sobra.

Si en Canarias Asier Antona ha reforzado ante Génova el nombre de Gabriel Mato, no sería nada descabellado que el centroizquierda isleño hiciese lo propio con López Aguilar. Ángel Víctor Torres requiere concitar todas las sensibilidades posibles del socialismo canario no solo para recolectar votos de cara a la campaña que se avecina sino a la vez para pertrecharse para el escenario poselectoral en el que, como suele a izquierda y derecha, unos intentan ajustar cuentas con los otros y las lealtades de antaño se tornan en discrepancias serias. López Aguilar tiene lucidez y conoce al dedillo la política europea y las especificidades del archipiélago como región ultraperiférica. Si a un catedrático de Derecho Constitucional que fue ministro de Justicia y obtuvo 26 escaños en las elecciones canarias de 2007 se le quita sin más de la plancha a la Eurocámara en la que está, no vengan luego a alegar que se precisa capital humano para que el partido arranque.

No hay tendencia demoscópica que certifique qué pasará en este país después del ciclo electoral que se inició en Andalucía y que ya es frenético. Ahora bien, lo que es obvio es que al margen de la suerte que Sánchez alcance en las urnas, tanto para la victoria como para la derrota dejará una estructura en el PSOE afín que le permita seguir como secretario general ya sea para presentarse nuevamente o para dejar a uno de los suyos. Cualquier cosa excepto el PSOE de González, Zapatero, Rubalcaba,... Justo el PSOE que nació en Suresnes, protagonizó las etapas más espléndidas en democracia y en el que se asentó, junto a otra fuerza de centroderecha, el bipartidismo.

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