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Dentro de tres días Valsequillo se sumirá en la más absoluta oscuridad. A las 24.00 horas las luces del pueblo se apagarán y, como cada 28 de septiembre, el perro comenzará a aullar. Lo más sensato sería que los vecinos se resguardasen en sus casas, echasen el fechillo y pasaran en paz la terrorífica noche de la víspera de San Miguel Arcángel. Pero a los valsequilleros les va la marcha. El casco del pueblo volverá a estar inundado de miles de personas de toda la isla, quienes acudirán a contemplar esta histórica batalla entre el bien y el mal.

Es la Suelta del Perro Maldito, que cada otoño da rienda suelta a sus endemoniados actos la noche antes del día del patrón de Valsequillo. Una celebración atrevida y rompedora que se ha convertido en tradición con el paso de los años. Y ya van 32. Mientras en otros pueblos la virgen de turno suele reinar con largas procesiones en los días festivos, Valsequillo, con música rock y el corazón acelerado, abre las puertas a los hijos de Lucifer y la blasfemia recorre sus calles. También sobre el escenario que se instala en la plaza de su iglesia, donde se realizan representaciones provocativas y de crítica social. Con el perro suelto todo puede pasar, no hay sitio para los remilgados. Se trata de ser auténticos y saltarse las censuras. En estos días es cuando uno se da cuenta de que ese pueblito que está pegado a Telde es especial. También lo demuestran las actividades que lo preceden. La Fiesta Guateque de los años 60 o el Pub Miguelito evidencian que en VSK no hay lugar para lo convencional.

Sin embargo, Valsequillo no olvida. El pueblo todavía sigue con la herida abierta después del trauma que vivió hace siete años por culpa del infortunio y la mala previsión. Marcó un antes y un después el accidente que se cobró dos muertes y una treintena de heridos en la edición de 2011. Pero, en un alarde de superación, se ha logrado seguir adelante y, con las víctimas siempre en la memoria, las precauciones se han reforzado para que algo así no vuelva a ocurrir nunca más.

Ramoncito ya tiene preparado su nuevo espectáculo de pirotecnia. Una obra de arte de fuegos artificiales con la que deslumbra y pone el broche final cada año a una fiesta única. Si nunca lo has vivido, ármate de valor y acude este viernes a Valsequillo. Pero ve con cuidado y, por supuesto, no te arrimes a los barrancos, que el perro anda suelto...

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