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La falta de criterio provoca hastío

Jueves, 1 de enero 1970

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Se veía venir. Se ha ido anunciando con tiempo, pero quienes tienen la responsabilidad de ponerle el cascabel al gato han mirado para otro lado, como suelen hacer en la mayoría de las veces y el boom de las carreras populares en Canarias, sobre todo en distancias superiores a 10 kilómetros, se está desinflando. 2018 ha quedado atrás y el análisis en las pruebas punteras de la isla, respecto al año anterior, es notorio. A pesar de que la cifra de inscritos continúa siendo aceptable -al margen queda la afición por inflar los números totales-, la realidad es que en distancias superiores a 10 kilómetros el batacazo es importante.

El running popular sigue en auge. Solo les recomiendo que se den un paseo por el parque Romano, instalación que aún está a la espera de inaugurar su reforma, para comprobar como el ejercicio físico se ha instalado en nuestra sociedad en una cantidad mayor a la de hace años. Los hábitos saludables crecen, algo en lo que hay que seguir incidiendo, pero aquellas pruebas novedosas que llegaron en su día a Las Palmas de Gran Canaria como alternativas divertidas para cumplir retos y hacer deporte han sido hoy absorbidas por una masificación insoportable.

Sin un calendario reglado, sin un criterio anual y sin una planificación adecuada para que el referente sea el Gran Canaria Maratón, la realidad es otra. Las pruebas se convirtieron en su día en la gallina de los huevos de oro. El esfuerzo para celebrar un evento que altere el día a día del ciudadano es enorme, pero nadie calibra esta circunstancia. Empresas, clubes, asociaciones, estamentos. Todos quieren su carrera, aprovechando el auge del running, pero hace falta criterio. Ya que la federación ni pincha ni corta y todos acuden a Cabildo y Ayuntamiento para sacar adelante sus proyectos, llega el momento de sentarse en una mesa y diseñar una estrategia de calendario anual con un fin y un motivo.

Les recomiendo que echen un vistazo a los participantes en los últimos medios maratones que se han celebrado en la isla, y el bajón es enorme. El próximo ejemplo llegará el 27 de enero con una nueva edición del Gran Canaria Maratón, una joya que hoy en día no llama la atención y que languidece sin que nadie en el IID dé un golpe sobre la mesa. El descenso de inscritos será notable. Vuelvo a repetir en estas líneas que no soy pitoniso, pero hay mucha gente acostumbrada, apoltronada y reacia a ver la realidad. Y en breve lo comprobarán. Se dedican a poner un velo, al arte de matar al mensajero y a seguir agarrados al copia y pega que aburre. En breve habrá cambios, quizás después del maratón, y los nervios pueden llegar. Aviso a navegantes.

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