Una niña con mochila
A LA ÚLTIMA ·
Acaba de verdad el verano porque empieza el cole para todos
En las portadas de los periódicos de mañana no aparecerá Puigdemont, sino una niña con mochila. Acaba de verdad el verano porque empieza el cole ... para todos: desde los abuelos, que acompasan sus horarios a los de las guarderías, hasta las tiendas de chuches, que desde hoy abren más temprano. Esta mañana, los autobuses urbanos irán llenos; las horas punta de tráfico, que coinciden con el timbre del colegio, volverán a ser insufribles; los parques estarán vacíos; los cafés bullirán con grupos de madres y algún padre que hablan de gastos y deberes tras dejar a los niños en clase y en las librerías habrá que pedir la vez. A la hora de comer, los supermercados se llenarán de universitarios comprando bollicaos, salchichas, cervezas y botes de tomate, y a la hora del café, se recrudecerá el trajín de padres y abuelos llevando y trayendo niños del conservatorio de música al de danza, de teatro a patinaje.
También acaba el verano para los protagonistas de la jornada: los profes. Llevan tantas reformas a cuestas que ya ni se quejan. Saben que, al entrar en el aula, las nuevas leyes se quedan fuera y, desde la ley Moyano a la ley Celaá, todo se reduce a lo de siempre: un esfuerzo por enseñar y una desgana, mayor o menor, por aprender, que hay que combatir con unas artes (sugestión, empatía, emoción, pedagogía) que no aparecen en ninguna ley, pero son las mismas hoy que hace un siglo. Fuera del aula, se desesperan con tanto papeleo que quita tiempo y ganas para lo fundamental, pero cumplen, aguantan, vuelven a clase y sostienen el engranaje que mueve España. El miércoles, Puigdemont volverá a las portadas, pero lo que de verdad importa es la niña con mochila.
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