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Un brindis por la ilusión

Un brindis por la ilusión

José L. Reina

Miércoles, 15 de julio 2020, 17:04

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Los diferentes corrillos que se formaron durante el cóctel de Navidad de la UD Las Palmas celebrado el pasado martes en el Estadio de Gran Canaria coincidían en dos cosas: Ramírez va a lograr retener a Viera, y la UD de Mel apunta sin tapujos al ascenso.

Un brindis y un almuerzo donde reinaba la ilusión de los presentes, siempre con la dosis de prudencia propia en estos casos. Una de las voces autorizadas del club nos confesó que no veía a un equipo tan comprometido e ilusionado en años. Hacía especial mención a Pepe Mel, un entrenador que ha conseguido una de las cosas más difíciles en un vestuario, que es la de ganarse el respeto de sus pupilos. Para Mel no hay nombres, ni intocables, solo hay hechos. Para bien o para mal. Salvo las excepciones evidentes de Viera y Pedri, las dos joyas de un proyecto del que nadie ya duda. Atrás quedaron aquellos gritos hacia el palco, ahora se dirigen de manera coral hacia el campo, que es donde tienen que ir por el bien del equipo.

La afición debe disfrutar de tener a esos dos jugadores en el campo. Verlos bailar cada domingo, en cada estadio, es de un placer del que merece la pena recrearse. El nivel de Viera evidencia la complejidad de la operación. Y también demuestra la fortuna que tenemos de que haya venido. Porque el mago de La Feria podría estar plácidamente en China en lugar de estar liderando a un equipo hacia los puestos de ascenso. Mucho mérito tiene él por haber dado el paso de venir y de intentar quedarse, y mucho mérito tiene el club por haberlo traído. No está de más visibilizar los aciertos de la gestión deportiva cuando lo hace bien. Es más, es nuestra obligación.

Y de Pedri, qué decir. Una de las cabezas mejor amuebladas de la plantilla pese a ser un niño. La presión a la que ha estado sometido y no bajar el nivel, es digno de crack total. Lo lógico hubiera sido que se escondiera, que fallara, o que le temblaran las piernas cuando lo han comparado con Silva o Iniesta. Pero el de Tegueste, aislado del ruido y bien tutelado por Mel, sigue dando clases magistrales, y haciendo cosas que no hace nadie.

El 2020 tiene todos los ingredientes para ser el año de la UD. Se huele. Si es con Viera, pues mucho mejor, y si no, pues con la fuerza y el orgullo del escudo, que no es poco.

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