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Tormenta y paraguas

Del director ·

A Putin le da igual si la guerra se prolonga

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 26 de agosto 2022, 23:59

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Dicen los augures que en otoño la economía occidental hará 'catacrac' y que nos veremos en una recesión que será después una crisis en toda regla y con dimensiones insospechadas. Lo escuchas y casi no sales a la calle. Más o menos lo que sucede cuando sintonizas algún informativo televisivo de alguna cadena nacional: te dan ganas de tener un búnker con suministros para meses y encerrarte a ver si pasa la tormenta. Pero ya se sabe que la táctica del avestruz sirve de bien poco.

Es evidente que estamos sufriendo los estragos de la invasión rusa de Ucrania, una guerra que nos afecta a todos pero en la que le hemos dicho a Zelenski y sus paisanos que hagan el favor de no pedirnos mayor implicación de la ya ofrecida, pues nadie quiere sacrificios adicionales. Ni acudir al aeropuerto a recibir féretros de soldados ni vernos con restricciones con el agua caliente o no poder ver tantas series televisivas como ofertas hay en el catálogo. ¡Y menos ahora, que ya hay precuela de 'Juego de Tronos'!

No hace falta ser un analista de gran nivel para intuir que a Putin le da igual si la guerra se prolonga. Cuando se gobierna con un régimen casi dictatorial y no hay sospechas de una oposición interna fuerte, la caja de resistencia del autócrata es mayúscula. A eso se añade que Putin es conocedor de las debilidades europeas, mientras que en el lado de Estados Unidos tampoco es que le venga del todo mal este conflicto: EE UU se está haciendo de oro vendiendo gas a Europa, su industria de armamento también está haciendo el agosto y, por si fuera, se retorna a una confrontación de bloques donde Washington hace de líder occidental, todo ello con el añadido de que nada viene mejor a un presidente en horas bajas en las encuestas que una guerrita y un enemigo exterior.

Por si fuera poco, Europa no termina de darse cuenta de que no es momento para divisiones. Esta semana, el presidente francés se ha ido a estrechar lazos con Argelia, justo cuando ese país sigue peleado con España. A su vez, Alemania, Francia y España no se ponen de acuerdo sobre si es necesario o no un gasoducto que atraviese los Pirineos y llegue a suelo germano. E Italia es literalmente un país 'en veremos', donde la convocatoria electoral puede deparar la sorpresa de una victoria de una extrema derecha que coquetea con Putin.

El panorama, por tanto, no ayuda para moderar los augurios. Veremos si la tormenta se desata con la gravedad que dicen, pero es evidente que los paraguas están llenos de agujeros.

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