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Todo valía contra Morales

Jueves, 1 de enero 1970

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Se achicó el ruido que quiso cercenar las posibilidades electorales de Antonio Morales. Había que rebuscar lo que fuera en su etapa como alcalde de Agüimes para activar la máquina del fango que denominó Umberto Eco y que rescató Morales en rueda de prensa. Todo valía contra Morales porque destaca en el tablero político autonómico desde los comicios de mayo de 2015.

Primero porque hoy por hoy el Cabildo de Gran Canaria es la única institución en la que las quinielas no atisban cambios. Si acaso la duda está en cuánto será el aumento en el número de actas cosechadas por NC. Morales en cuanto que no se presenta por ninguna lista de una formación estatal está al margen de lo que ocurra en Madrid. Él tiene que ir a lo suyo, con ahínco, y ya está. Y en la actualidad cabría apuntar en 2019 otra alianza entre NC y PSOE (con o sin Podemos) en la calle Bravo Murillo.

Segundo porque Morales se ha convertido en el contrapeso a Fernando Clavijo. Y la pugna regional sí que está mucho más abierta. No digamos si encima se aprueba la reforma electoral, entonces cualquier cosa puede pasar. Además, Morales no está por la labor de la reunificación nacionalista a cualquier precio. Si CC es fuerte en Tenerife, en Gran Canaria va camino NC de consolidarse. Frente al conservadurismo tinerfeño, pactos progresistas auspiciados por la sociedad grancanaria.

Como vemos, el mandato de Morales junto a Ángel Víctor Torres genera temores. No digamos ya su repetición. La izquierda está presente en el Cabildo de Gran Canaria y, lo más probable, lo seguirá estando. Si a esto le sumamos que precisamente su presidente se ha distinguido por una campaña política basada en su perfil de hombre progresista, ecologista y arraigado en el municipalismo, cómo no mandar a cualquiera que se preste a ser instrumentalizado a registrar una denuncia en la Fiscalía aunque seguramente desconozca la teoría de Eco. Eso sí, dosis de inconsciencia y mala fe debe haber para ejecutar estas prácticas. A este paso, aquellos que han tratado de mermar la credibilidad pública de Morales acabarán reculando y respetando su trayectoria. Mientras tanto, el presidente del Cabildo (junto al PSOE de Torres) consolidan una posición electoral que mucho tendrán que trabajar otros para contrarrestarla. Sobre todo, si el auge de Ciudadanos ya no es tanto como se presumía antes de que el centroizquierda retornase a La Moncloa. Lo triste es que se haya intentado manchar a Morales a cualquier precio. Ha salido intacto. Y habrá anotado la matrícula del mal trago que le han hecho pasar. Aunque él no es hombre rencoroso. Ya estará pensando en cómo proyectar su segundo mandato en la institución insular.

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