Todo por la patria
Además de Cataluña hay mucha pobreza, y corrupción, y listas de espera interminables, y desigualdad lacerante, y desempleo, y dificultades para llegar a final de mes, y cesta de la compra cara, y subidas de precio por encima de las salariales; de hecho, según Eurostat, España es el país de la Unión Europea donde menos aumentan los salarios, cuando no se han reducido, pese a que aseguran que la economía y el empleo crecen y, según un estudio del Foro Económico Mundial, nos encontramos a la cola de Europa en el desarrollo del capital humano, o lo que es lo mismo, en formación y productividad.
Además de Cataluña, los trabajos se precarizan y estamos en una dinámica en la que el valor económico se crea a través del empleo basura. O sea, el trabajo que nace es inseguro y lo que pagan es poco.
Además de Cataluña, que todo parece eclipsar y enerva los sentimientos patrios, siguen destapándose corruptelas ejecutadas desde instancias de poder, las tramas se suceden y, con datos en la mano, esta misma semana nos dicen que la pobreza no para de crecer en la patria toda, en la tuya y en la mía, así nos hablen, con la macroeconomía en la boca, de recuperación. De esta manera sabemos que Canarias es la comunidad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social. Nada más y nada menos que el 44,6% de nuestra población se encuentra en alguna de esas situaciones. Diez puntos más desgraciados que hace nueve años, 16,7 por encima de la media nacional, 21,6 de la europea y 38 de la navarra. Ahí es nada. Es decir, 937.458 canarios tienen ingresos inferiores a 684 euros mensuales, viven en una familia de cinco miembros con entradas que no llegan a los 1.700 euros o sufren carencia material severa.
En esta situación, parafraseando el poema Canción de la calle de Agustín Millares Sall podría decirse lo de: la patria que tú me das, no será tuya ni mía, patria de todos será. Porque, además de Cataluña, hay trabajadores que no superan el umbral de la pobreza a pesar de tener un empleo, pues sucede que la inestabilidad y poca calidad de los trabajos que se crean no garantizan desterrar el riesgo de la pobreza.
Es decir, que Cataluña sí, pero que no oculte que sigue pendiente el rescate social. Y que tampoco sirva para olvidar que la contrarreforma laboral y la de las pensiones están vigentes, mientras los jubilados recorren la patria toda, la tuya y la mía, reclamando ingresos dignos que no les condenen a la indigencia.
Ahora que regurgitan los sentimientos patrios que no se ignore que estos no pueden ser disculpa para aparcar los derechos civiles y la justicia social, porque la patria de todos tiene que ser.
Y si crece la recaudación, y los presupuestos y el Producto Interior Bruto, ¿por qué no va en paralelo la creación de empleo, ni siquiera el precario y barato?
Cataluña también, pero no solo; porque en la patria, en la tuya y en la mía, continúan existiendo demasiados desajustes que no pueden ocultarse ni ignorarse y siguen pendientes de ser corregidos. Que sea todo por la patria. Todo, no solo algunas cosas.
