Sean responsables

El mensaje de Torres iba enfocado esta vez hacia los jóvenes, a los que reclamó responsabilidad y a quienes recordó que el virus sigue ahí, que todavía no se ha derrotado a la enfermedad y que la juventud no es sinónimo de vacuna contra los estragos de este coronavirus. Comparto la necesidad del mensaje presidencial y el enfoque pero no creo que haya que criminalizar a los jóvenes. Sobre todo porque muchos de ellos no son mayores de edad y están, por tanto, a cargo de adultos que me gustaría saber dónde están, qué hacen, qué piensan, qué dicen... Cuando estos días nos hemos encontrado con el macrobrote de Mallorca, lo peor no ha sido la irresponsabilidad de adolescentes y jóvenes, sino ver cómo sus padres cuestionaban medidas de confinamiento y controles severos para ver quiénes tenían el virus y quiénes no.

En esos llamamientos a la responsabilidad, también me pregunto si es preciso abrir el foco e incluir a los jueces. Los de aquí, los de Baleares y los de prácticamente toda España... porque desde el fin del estado de alarma, hay una especie de consigna jurisprudencial que pasa por tumbar todas las medidas. Y es innegable que no hay soporte legal para algunas de ellas, pero también me pregunto si es que ahora hay magistrados que saben más que los epidemiólogos. De hecho, me consta la frustración del personal sanitario ante ciertas resoluciones judiciales, máxime cuando llevamos año y medio de batalla contra la pandemia y hay evidencia empírica más que suficiente sobre los efectos de ciertas medidas para contener los contagios.

Por último, tampoco estaría de más que el responso presidencial recayese sobre algunos alcaldes y jefes de policía local. Porque también es evidente que hay relajación en las medidas, que se ha actuado tarde, mal y en ocasiones nunca ante botellones, concentraciones, personas que no guardan la distancia, terrazas donde en las mesas había más gente de la permitida, limitaciones de aforo que no se respetaban... pero ya se sabe que lo fácil es quedar ante esos vecinos irresponsables como un alcalde o un jefe de policía indulgente. Irresponsable... pero chachi.