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Sí es sí: rectificar y depurar responsabilidades

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Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 11 de febrero 2023, 23:10

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El 7 de septiembre de 2022 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del 'solo sí es sí', que eliminó, con el argumento de aumentar la protección de las mujeres, la distinción entre abuso y agresión y reguló la necesidad del consentimiento expreso. Su entrada en vigor se produjo un mes después, pero desde que se tramitaba fueron muchas las voces que alertaban del riesgo de lo que eufemísticamente el presidente Pedro Sánchez llama «efectos indeseados», que no es otra cosa que la reducción de condenas a los autores de hechos tan execrables.

El Ejecutivo y los partidos que lo sustentan hicieron oídos sordos a aquellas advertencias. Negaban la mayor y tildaban de machistas a quienes avisaban del efecto perverso -el adjetivo es más acertado que el de 'indeseado- del cambio legislativo.

Solo la soberbia del incompetente puede explicar ese empeño en negar la mayor y en culpar al estamento judicial, como también a la prensa, de lo que después sucedió: una rebaja generalizada de condenas que solo puede atajarse con otro cambio de la ley. E incluso haciendo esa modificación, no cabe la retroactividad, de manera que quienes se hayan beneficiado de la minoración de su condena y ya estén en libertad no tendrán que volver a prisión.

La responsabilidad inicial de promover la ley del 'solo sí es sí' es de Unidas Podemos y el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. Pero la aprobación en Consejo de Ministros hace culpable a todo el Gobierno y, por encima de ellos, al presidente. Como también a los grupos parlamentarios que la apoyaron con entusiasmo en las Cortes.

Ahora, cuando es evidente, el gravísimo error cometido, lo que corresponde es actuar en consecuencia y buscar una solución por vía de urgencia. Pero resulta que los responsables del desaguisado son incapaces de aparcar esa soberbia, como tampoco quieren atender la oferta de colaboración que les llega desde el Partido Popular. Y en todo esto hay que mirar de nuevo al presidente Sánchez, al que le compete directamente acometer la rectificación, garantizar que sea urgente y depurar responsabilidades en su Gobierno. Si no lo hace, quedará en evidencia su incapacidad para dirigir un Gobierno que presume de progresista y feminista. Porque lo feminista es proteger de manera efectiva a las mujeres y actuar en consecuencia cuando hay un «efecto indeseado». Dejar pasar los días solo sirve para que siga subiendo el contador de condenas rebajadas y excarcelados. Porque son los agresores los únicos que, sí o sí, se están beneficiando de la ley.

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