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Hipnotizados por un balón

Mi punto de vista ·

«Comprar una entrada para ir a un estadio de fútbol no da derecho al insulto y la vejación»

Rafael Falcón

Martes, 23 de mayo 2023, 23:13

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En el fútbol, no todo vale. Ir a un estadio de fútbol y comprobar cómo de manera natural se insulta de manera indiscriminada a árbitros, rivales o aficionados de otros clubes se ha convertido en cotidiano y los tiempos cambian. El insulto, el racismo o la xenofobia en espectáculos deportivos y de otra índole huele a rancio. Es hora de dar un paso al frente y tomar medidas radicales contra los radicales. Lo sucedido con Vinicius -una vez más- el pasado fin de semana en Valencia ha alborotado el patio y hasta la Justicia se ha puesto las pilas cuando hasta ahora pasaba de puntillas en estos casos. ¿Por qué solo se insulta en el fútbol? Ustedes han visto este tipo de comportamientos en un partido de tenis, baloncesto, voleibol, balonmano, etc.

Siempre se ha dicho que el fútbol es el opio del pueblo, pero me niego a pensar que el fútbol, un deporte que mueve masas y donde el sentimiento de pertenencia está a flor de piel, siga convirtiéndose en reducto de racistas e intolerantes.

La educación juega un papel fundamental e insultar no puede ser gratuito. Para ir al fútbol y comprar una localidad, en ninguno de los apartados que vienen en el reverso de la entrada se dice que da derecho al insulto. Vinicius enarbola la bandera contra el racismo y quizás es el momento de aprovechar esta situación actual para ser contundentes y que la gente entienda que acudir a un espectáculo deportivo no es sinónimo de hacer lo que a cada uno quiera, entre risas y sorna.

Animar a muerte a tu equipo, engalanar la grada al máximo, crear un clima de apoyo sin precedentes, arropar a tu equipo, entender que sobre el terreno de juego hay profesionales que intentan cumplir con su trabajo lo mejor posible y que se puede ganar, empatar o perder. El fútbol es maravilloso y ver cada fin de semana a padres que la lían en la grada viendo partidos de niños o niñas produce vómito, así como en un estadio aguantar a un energúmeno con niños a su lado vociferando todo tipo de improperios. Es hora de desterrar a esos rancios y arcaicos que se escudan en el insulto cuando no tienen argumentos.

Estar hipnotizado por una pelota no es sano. Una cosa es el sentimiento y otra el radicalismo. Se gana o se pierde, y esto no da derecho a agredir o insultar a nadie. Que a día de hoy pongan cerco a poder ir con la camiseta de tu club a algunos estadios cuando tu equipo juega fuera de su casa me parece patético y un ejemplo de que más allá del racismo, en el fútbol en España tenemos un problema aún mayor.

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