Asombrado. Reconozco que hacía mucho tiempo que no pisaba el parque Romano de Las Palmas de Gran Canaria y aún estoy en estado de shock. ... El pasado fin de semana, dentro de mis rutinas deportivas y callejeras por la capital, me adentré en este auténtico pulmón deportivo de la ciudad, en la que miles de ciudadanos acuden a diario a hacer ejercicio, y me topé con el 'Barranco Romano'. El deterioro es alarmante. Es tal el descuido que la tierra ha desaparecido en muchas zonas y las piedras ya predominan en un firme durísimo, mientras que en otra zonas recomiendo a la gente con altura que tenga cuidado porque alguna rama le puede entrar directamente en el ojo, por lo que recomiendo que corran pegados a la cuerda del circuito.
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Correr hoy en día por el Romano es como hacerlo por el barranco Guiniguada. Mejor llevar playeras de trail, porque el desgaste que puede sufrir es enorme. El parque Romano merece mimo y, sobre todo, que sea tratado como una zona donde miles de personas hacen deporte, algo que no sucede. Deportes pone la señalética y un circuito muy demandado para hacer aparatos, mientras Parques y Jardines poda de vez en cuando, pone el riego a demanda lo que provoca la inundación de la pista por donde se hace deporte, y aquí paz y en el cielo gloria.
Aconsejo a la nueva concejala de Deportes que se dé un paseo por el Romano y de paso que se lleve de la mano a la alcaldesa, solo tiene que bajar unas plantas de las oficinas municipales. También puede unir a la excursión al anterior concejal, Aridany Romero, hoy nuevo consejero de Deportes del Cabildo, que ha entrado rápido en la vorágine de comunicación del IID, de foto en foto. Ya lleva 40 imágenes suyas en las redes sociales de Gran Canaria Deportes, a una media de 2,3 por día.
El Romano merece que se trate como un parque deportivo, que tenga actuaciones efectivas, que cuiden el terreno, que los operarios de Parques y Jardines sepan que al regar, el firme no se puede convertir en un río porque provoca a la larga lo que está sucediendo ahora, que los árboles deben estar cuidados y podados para que los usuarios disfruten de su ejercicio sin percances, etc.
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Que el Romano sea como el Guiniguada es sinónimo de dejadez absoluta y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria debe valorar que miles de personas merecen instalaciones adecuadas. El seguimiento a las mismas y su conservación se hace necesario para no caer en la actual imagen de solar polvoriento.
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