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El púgil de Arucas

El púgil de Arucas

Café para todos ·

Sábado, 27 de marzo 2021, 06:59

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El debate sobre el estado de la nacionalidad canaria dejó varias claves interesantes, dentro de la solemnidad y la monotonía. El presidente Torres demostró que está curtido en el municipalismo, ser alcalde es un máster en el cuerpo a cuerpo que muchos habían olvidado, de ahí la sorpresa de algún despistado en el turno de réplicas.

Ángel Víctor salió al debate con la bata de boxeo y sin guantes, consiguiendo incluso sacar un aplauso unánime a sus señorías, algo difícil de conseguir en los tiempos que corren. Un discurso inicial descriptivo, correcto, sin errores, con datos y con un balance realista a la par que optimista. El presidente daba la sensación de estar muy cómodo a pesar de ser su primer debate. Vimos a ese Torres de las crisis, con el tono tranquilizador y pausado, con momentos de emotividad y de cambios de tono según lo pedía el discurso. Mientras, la oposición afilaba uñas deseando empezar a repartir golpes y empezar al fin el combate.

Empezó Barragán, veterano de guerra que se mantiene en primera línea, tirando de experiencia y quizá algo menos agresivo de lo esperado. En su respuesta, Torres, que ya por ese entonces se había quitado el albornoz y puesto los guantes, se convirtió en el púgil de Arucas e inició un intercambio de puños en los que subió el tono, replicó con fuerza y enseñó dientes a Australia y Vidina, las siguientes en subir al ring. La presidenta del PP canario plantó cara a su estilo, aunque dio algunos golpes bajos, que el púgil respondió con un tono menos agresivo que a CC, más bien didáctico e irónico. Era la otra versión de Torres. La del político de golpes secos y buena izquierda.

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