Problema exterior y mala gestión interior
Ir a peor significa dar combustible a la incomprensión, que es el fuego que alimenta sentimientos como la xenofobia. Lo sabe bien la alcaldesa de San Bartolomé, que dio la cara ante las quejas de sus vecinos
La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, lo vivió en primer persona en el pleno municipal del mes de agosto que abordó la presencia de inmigrantes irregulares en una instalación del casco municipal:cuando no se hacen bien las cosas, cuesta que salgan bien. Ycuando, además, no se explican, entonces todo va a peor.
E ir a peor significa dar combustible a la incomprensión, que es el fuego que alimenta sentimientos como la xenofobia. También lo sabe bien la alcaldesa de San Bartolomé, que vio como el nombre del municipio se paseaba este verano por las televisiones y las redes sociales como epicentro de un movimiento de rechazo a los inmigrantes. El viernes, todo eso salió a flote cuando se conoció la decisión del Gobierno central, a través de la Secretaría de Estado de Migraciones y en comandita con la Delegación del Gobierno en Canarias, de convertir un complejo de bungalós de Maspalomas en una gigantesca colonia de asilo transitorio para los centenares de inmigrantes que estaban repartidos en centros de titularidad -en su mayoría- autonómicos, insulares y municipales. Para Madrid y la Delegación, es una respuesta humanitaria y un ejemplo de solidaridad, que contó con la mediación de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo;para empresarios del sector, dirigentes institucionales como la propia alcaldesa tirajanera -socialista, para que no haya dudas y del grupo de Ángel Víctor Torres-, es un error de bulto, máxime en un momento en que el turismo afronta un nuevo 'cero' y precisa más que nunca proyectar en el exterior imágenes de seguridad. «Nos decían que no se podía enviar a los inmigrantes a la península porque eso genera un 'efecto llamada'», cuenta un profesional turístico. «y a ver ahora qué imagen damos con los inmigrantes mandando a sus países imágenes atendidos en un alojamiento turístico».
Para ahuyentar los fantasmas de la distorsión y la xenofobia, quizás valdría la pena recordar algunos factores que enmarcan esta crisis:
1) la inmigración irregular es una competencia estatal. Estamos hablando del control de fronteras, de las de España y también de la Unión Europea. Esto último conviene tenerlo presente porque somos Europa y también porque la mayoría de los que llegan en pateras y cayucos desean pisar territorio continental. Incluso traspasar los Pirineos, pues sus redes familiares y sociales están más allá de España.
2) el fenómeno migratorio no nace en las aguas de Canarias. Es un elemento transnacional, con mafias que mueven a los inmigrantes por África y que canalizan esa marea humana allí donde detectan grietas en el control de fronteras. Unas veces ha sido en Ceuta y Melilla, otras desde las costas de Siria, o a través de las fronteras de Grecia y Turquía... Porque cuando se cierra una, buscan donde hay puntos débiles. Ahora crece de nuevo el flujo en Canarias porque las fugas están en las costas de Marruecos y de ese país hacia el sur. ¿La solución? Evidentemente no es fácil:la miseria en muchos países africanos y asiáticos, como en buena parte del centro y sur de América, no se corrige de un día para otro. Yhay estados que no tienen capacidad para hacerlo por sí solos. Es ahí donde Europa tiene un papel clave, porque el desarrollo y la estabilidad de su vecino del sur africano redundará en que la inmigración irregular deje de ser un problema acuciante. La lección se aprendió en el tristemente recordado -pero se ve que olvidado- verano de cayucos de 2006. Y la receta sigue siendo válida: actuación en origen, con apoyo económico, político e incluso policial y militar para controlar las fronteras; reforzar la vigilancia en las costas, para devolver a quien sale si se le detecta en la playa de origen o para llevarlo a puerto seguro y evitar un naufragio con final trágico;un despliegue humanitario y administrativo de gran calado en los lugares de llegada para atender a los inmigrantes y agilizar los trámites, de manera que se devuelve a quienes así lo permite la normativa o se redistribuye en territorio español -y también europeo- a los que tienen derecho a quedarse.
3) todo lo anterior ha brillado por su ausencia en esta crisis. España de hecho ha ido reduciendo su presencia en África, ya sea por el coste económico como ahora por la incidencia de la pandemia. El control del litoral está evidenciando fallos, con pateras que llegan sin ser detectadas, lo que acrecienta ese riesgo de naufragios. Y ya en tierra la agilidad administrativa ha brillado por ausencia. Un ejemplo: las pruebas médicas para confirmar que quienes dicen ser menores de edad, y que por tanto pasan a estar tutelados por el Gobierno canario y los cabildos, se retrasan meses por falta de dotación de medios humanos y personales. Con los trámites de las solicitudes de asilo pasa otro tanto. Y con la búsqueda de instalaciones de titularidad estatal para la acogida, ya se ha visto el resultado:diez días literalmente tirados en el muelle de Arguineguín, otros hacinados en una nave del Puerto de La Luz, quejas por la atención también en Arrecife y un brote de covid en la Casa del Marino...
Y 4) la comunicación y las explicaciones por parte de Madrid de lo que se hacía han sido nulas. Es más, lo que se ha hecho es tratar de ocultar el problema, obligando a los medios de comunicación a colocarse a decenas de metros de distancia de puntos como el muelle de Arguineguín o de Arinaga, pero no por miedo a la covid, sino para ver si se evitaban las fotos de lo que allí pasaba. El viernes no hubo comunicación oficial del Gobierno central del traslado a un centro turístico, si era transitorio, permanente, ampliable o otros complejos alojativos o no... Como tampoco hay explicación de por qué no hay un inmueble de titularidad estatal disponible para una emergencia que no es de ahora, pues fue hace un mes cuando el delegado del Gobierno alertó de lo que se avecina. Algunos recuerdan que en La Isleta se levantó una prisión militar que se muere de aburrimiento, que en Gando sobra espacio, que en el antiguo Hospital Militar se prepararon dos plantas y no se usaron... Con todo eso, sobre la mesa, el cóctel perfecto para la incomprensión está servido. Es el efecto llamada al enfado. Yde ahí a la distorsión media solo un mensaje en las redes sociales.