Presidentes
Del director ·
Veremos cómo sale el encuentro de mañana pero sospecho que no demasiado bienTras verse ayer los consejeros autonómicos de Hacienda con la ministra del ramo, mañana le tocará el turno a los presidentes con el jefe del Ejecutivo central. En el horizonte están dos hitos: la confección de los Presupuestos Generales del Estado para 2022 y el reparto de los fondos europeos por la covid-19, mientras que en el día a día está como se sale adelante ante la ferocidad de la quinta ola de contagios.
Cuando José Luis Rodríguez Zapatero inventó la figura de la Conferencia de Presidentes, parecía algo exótico;cuando Mariano Rajoy pasó de convocarla, todos la echaban de menos;y cuando Pedro Sánchez convocó a los dirigentes regionales prácticamente cada fin de semana de manera telemática en los meses más duros de la pandemia, todos acabamos un poco hartos de tanta reunión. Lo evidente es que en una España autonómica, con un abanico de conferencias transferidas que nos convierte casi en un país federal, es más que necesario que los presidentes autonómicos y quien está al frente del Consejo de Ministros se vean las caras con cierta asiduidad. Haya o no pandemia;haya o no un montón de millones de la UE que repartir.
Ha llegado un momento en que España no se puede gestionar en exclusiva desde Moncloa y sus ministerios, y decir esto no es cuestionar la unidad del Estado, sino registrar la evidencia de que, tras 40 años de un modelo descentralizado recogido en la Constitución, ya no cabe vuelta atrás.
Veremos cómo sale el encuentro de mañana pero sospecho que no demasiado bien. El PP está en clave de no ceder un milímetro de su oposición frontal y en las filas nacionalistas la consigna es no parecer que están entregados a Sánchez. Al final irá Urkullu pero tras conseguir algunas concesiones en materia económica -como es marca de la casa-, mientras que el catalán Aragonès parece que hará mutis por el foro -salvo sorpresa de última hora-. En cuanto a Canarias, el vicepresidente y consejero de Hacienda, Román Rodríguez, se mostró ayer más que satisfecho de lo conseguido en el encuentro con Montero. No es para menos. La oposición en Canarias no lo reconocerá pero es el fruto de haber sabido jugar la partida que arrancó con el lío de los incentivos fiscales al cine, todo ello en un momento en que el valor de un voto se vuelve a convertir en primordial en el Congreso (el de Quevedo) y donde Sánchez no anda sobrado de apoyos entre los barones socialistas, de manera que Torres hace valer también su condición de apoyo presidencial.