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Por qué atacan a Morales

Jueves, 1 de enero 1970

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En el Cabildo de Gran Canaria se desarrollará, en términos militares, la batalla decisiva de la guerra electoral de mayo de 2019. El resto irá en paralelo a lo que ocurra en la calle Bravo Murillo, tanto los pactos como las posibilidades de mayoría de la izquierda en la escala autonómica como en municipios de la isla. La razón es sencilla: Antonio Morales no obedece a siglas nacionales. O, dicho de otra manera, CC ha sacado tradicionalmente mucho rédito al hecho de que el titular del Cabildo grancanario tuviera que modularse ante las indicaciones de Ferraz o Génova por aquello de contar a cambio con el apoyo parlamentario de CC. Esa tónica se acabó en 2015. NC hace lo que legítimamente aspire siempre que la calculadora se lo permita. Y la dinámica que premiaba la preeminencia de Tenerife se terminó. Ahora hay dos cabildos en pie de igualdad. El grancanario no se achica al criticar los desequilibrios presupuestarios o de inversión. Y eso a un sector de CC le molesta porque supone acabar con un juego que tenía las cartas marcadas. Podrán decir que la igualdad entre CC y NC insufla el insularismo pero es lo que hacían hasta hace poco desde Tenerife y ahora se contrarresta desde Gran Canaria. En el archipiélago hay motivos más que suficientes para la causa nacionalista (hay que defender nuestra tierra) pero no para las andanzas clásicas basadas en Tenerife y sus satélites.

Decirle al presidente del Cabildo o a quien sea que le suda la calva es chabacano. Al igual que es un error entrar al trapo y alimentar esa dialéctica que no conduce a nada. Lo mejor es mantenerse impasible: templanza y seguir el camino. Lo suyo es que mañana o pasado esto se olvide (aunque algunos intenten mantener la llama viva) por aquello de las elecciones andaluzas y sus repercusiones. Aunque a Morales el episodio le vale para interiorizar que de aquí a mayo van a vigilarle todo lo que haga: el chándal que se pone para ir a caminar, el desayuno que toma o si la corbata que luce va a juego con la camisa. Recibe más críticas porque más le temen. Porque rompe los esquemas que ha esgrimido esa ATI que le permitía restringir la potencialidad de las siglas nacionales al tiempo que impedía que Gran Canaria se sumara a ese rédito del que tanto se han aprovechado en Tenerife. Atacando a Morales carcomen el feudo de ampliación de NC, excluyen a Román Rodríguez en la escala regional y hacen que el margen de maniobra del PSOE en el ámbito autonómico se reduzca, si acaso, a ser un socio cómodo para ese sector tinerfeño de CC. Por supuesto, esta visión no la ha visto Podemos en Gran Canaria. Y con sus cuitas desde primera hora participaba de un debilitamiento institucional que a la larga, mayo de 2019, le hacía el juego a la oposición (CC y PP). Y eso que Morales hizo un esfuerzo por incluir en su día a Podemos en la dirección del Cabildo. En breve, habrá cita con las urnas. Y lo que pase en el Cabildo grancanario será determinante. No lo duden.

Rafael Álvarez Gil

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