El pasado sábado, en la edición especial distribuida por este periódico con motivo de su 40 aniversario, se incluyó una treintena de artículos firmados por los periodistas de la casa. Profesionales que no somos más que el resto de compañeros que hacen posible CANARIAS7, pero a los que nos toca poner nuestro nombre y apellidos porque así lo mandan los cánones. Algo que tiene un peaje personal, pues no todo el mundo entiende que contar lo que sucede es necesario, de manera que en muchas ocasiones hay que enfrentarse a reproches. Legítimos, por supuesto, pero ingratos.
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Ese catálogo de artículos rezuma periodismo. No falta quienes dicen que un periodismo quizás con un toque de romanticismo. Un periodismo a la vieja usanza. Un periodismo casi 'vintage'... Claro que con este trabajo sucede que no hay término medio: o hay noticia y se cuenta o no es noticia. No hay noticias a medias, como tampoco puede haber un periodismo 'aguado'. En materia de dulzores se puede pasar del azúcar a la sacarina, pero en alacena donde se cuentan verdades, no hay espacio para el edulcorante.
Incluso cuando se habla de la desinformación y se identifica con las 'noticias falsas', se está incurriendo en una contradicción: una noticia puede ser errónea, pero si hay falsedad ya es otro el calificativo. Si además resulta que esa mentira (que es como deberíamos llamarla) es intencionada, entonces ya estamos en las antípodas del periodismo.
¿Por qué entonces no todos los medios contamos lo mismo? Pues afortunadamente sucede eso. Se nos olvida que en este país durante 40 años hubo muchos periódicos, es más, quien acudía al quiosco encontraba muchas más cabeceras que en la actualidad; el problema era que todas contaban lo mismo. Cuando un mismo hecho es objeto de diferentes interpretaciones, no es que estemos ante la alteración de la realidad, sino ante puntos de vista. Y todos son legítimos; quizás lo que nos falta es ser transparentes a la hora de contarle al lector lo que piensa cada medio, pues eso pasa por asumir que una parte del público discrepe y sencillamente se vaya a otra cabecera a buscar aquella visión que concuerde más con la que él ya tenía a priori.
¿Y a cuento de qué vienen estas disquisiciones? Sinceramente creo que valen para cualquier día. Personalmente considero que tenerlo presente y explicarlo se hace más necesario en estos tiempos confusos. Y, también, porque hay días en los que uno se reconcilia con lo que hace y olvida los sinsabores. Ayer fue uno de esos.
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