Órganos parlamentarios y cuotas de partidos
Canarias7 Editorial
Sábado, 3 de marzo 2018, 17:09
Después de sellar un pacto en el que han primado las cuotas políticas por encima de otras consideraciones, los partidos que llegaron a ese acuerdo (Coalición Canaria, Partido Socialista y Partido Popular) han anunciado su voluntad de introducir modificaciones en la normativa para garantizar la paridad entre hombres y mujeres. Es la reacción ante las voces críticas que han surgido desde las filas de los tres partidos, así como desde otras formaciones del Parlamento y diversos colectivos sociales. Pero lo sorprendente es que esos partidos den por bueno el mecanismo del reparto en función de cuotas políticas y no de perfiles de los candidatos y su idoneidad para los cargos, así como que bendigan una entente que excluye a otras fuerzas con representación parlamentaria.
Se suponía que los llamados partidos tradicionales -en Canarias hay que incluir a CC en se club- habían asumido, con la irrupción de nuevas fuerzas en el escenario político nacional y también regional, que las prácticas del pasado ya no valían. Sin embargo, caen de nuevo en la tentación, que no es otra cosa que un reparto de cuotas de poder, donde cada uno da por bueno a los candidatos de los otros a cambio de que no se cuestionen los suyos.
Quienes salen perdiendo con ello son las instituciones, el propio Parlamento y, por supuesto, la ciudadanía, que encuentra un argumento más para mirar con recelo ese juego de intereses en el que no se busca elegir a los más indicados para los puestos vacantes, sino contentar a los partidos y a las familias que los integran. Por si había alguna sobre esa práctica, ahí tenemos el lacerante caso del Consejo Rector de Radiotelevisión Canaria, un órgano también dependiente del Parlamento, cuya composición se decidió deprisa y corriendo en 2015 para evitar que entrasen en juego Nueva Canarias y partidos entonces emergentes, como Podemos y Ciudadanos. Y que, a los pocos meses de constituido, vivió la traumática salida de dos consejeras que advertían de la incompetencia y las irregularidades cometidas por el presidente de ese órgano, Santiago Negrín, sin que el Parlamento actuase con el celo debido para depurar responsabilidades. Por si fuera poco, ahora se repite el juego del reparto de favores políticos y CC y PSOE aceleran la elección de dos consejeras cuyo mandato expira en mayo, pero cuya utilidad real será seguir bendiciendo las prácticas de Negrín.
Así, en suma, se juega con los órganos parlamentarios y así se dilapida la confianza de los ciudadanos.