Estoy convencido de que iban cargados de buenas intenciones pero también creo que equivocaron el tiro. Me refiero a los dos obispos de Canarias, que se fueron a la península a advertir sobre la situación que se vive en las islas por la inmigración irregular. Se les fue la mano en esa advertencia de que, ¡oh alarma!, saldrán a la calle en ener
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