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Nueva variante

Editorial ·

Para una economía dependiente del exterior, como es la canaria, la noticia es nefasta

Editorial -

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 28 de noviembre 2021, 08:26

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La aparición en Sudáfrica de una nueva variante del coronavirus covid-19 y la detección de los primeros casos en diferentes países europeos supone un nuevo varapalo a las expectativas de recuperación. Prueba de ello fue el batacazo de los mercados bursátiles el pasado viernes, con una caída generalizada en los cinco continentes y con las aerolíneas y todas las empresas vinculadas al negocio turístico como las más afectadas.

Para una economía dependiente del exterior, como es la canaria, la noticia es nefasta. Si ya eran preocupantes los repuntes de contagios en el Viejo Continente, esta nueva variante puede llevarnos a episodios ya vividos desde marzo de 2020: primero, restricciones severas a la movilidad y, finalmente, confinamientos, lo que supone 'congelar' el turismo y, por tanto, parar en seco el motor de la economía de las islas. Ojalá no se llegue a ese extremo pero, si ocurriera, habría que reactivar de inmediato los mecanismos empleados en su momento, como los ERTE específicos por la pandemia, un paraguas que ha servido de protección para amortiguar el daño en las economías domésticas.

Si antes de esa nueva variante se echaba en falta coordinación internacional -y sobre todo europea- en las políticas de control ante el repunte de contagios, ahora se hace urgente que exista esa actuación supranacional. Si un país vecino de España como Portugal anuncia un confinamiento tras las navidades, no tiene sentido que el Estado limítrofe, sobre todo en las zonas fronterizas, mantenga libertad total de movimientos, incluyendo el tránsito entre estados. Como tampoco es muy útil anunciar una cancelación de vuelos con Sudáfrica y con otras naciones donde ya se ha confirmado la nueva variante del virus, si se mantiene la posibilidad de que una persona salga de esos lugares y llegue a otro continente simplemente haciendo trasbordos en otros países.

En clave doméstica, se sigue echando en falta un mecanismo claro para la contención de los contagios. Las decisiones de los diferentes tribunales de justicia sobre la aplicación de los llamados certificados covid solo ha servido para aumentar la confusión. Si no es de recibo tener diecisiete modelos de respuesta sanitaria en España ante un mismo virus, tampoco lo es que haya otros tantos enfoques judiciales ante planeamientos similares.

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