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No hagan el ridículo

No hagan el ridículo

Jueves, 1 de enero 1970

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Un partido de Gobierno como Coalición Canaria no puede obviar ni saltarse la ley a la torera. Tiene la obligación de impulsar aquellas que le gustan, las que les viene bien para cumplir con sus objetivos políticos, y las que no le agradan, como la reforma de la ley electoral. La pasividad expresada por el portavoz nacionalista en el Parlamento de Canarias, José Miguel Ruano, no tiene pase alguno. El representante del partido en el Gobierno no puede decir que no tomará ninguna iniciativa para que la reforma electoral aprobada en el nuevo Estatuto de Autonomía tenga el desarrollo legal necesario para su aplicación inmediata en mayo de 2019. Sus palabras y su pasividad delatan sus intenciones. No sólo no moverán un dedo para que la ley se cumpla de forma inmediata, sino que, si pueden, impedirán que los canarios ejerzan su derecho a votar con las nuevas reglas del juego que permiten una representación mucho más equilibrada en el Parlamento de Canarias.

El Consejo consultivo lo ha dejado claro. La Reforma electoral operada en el Estatuto de Autonomía es de aplicación directa, sin necesidad de una ley que la regule y bastará con dos urnas y dos papeletas. El criterio del Consejo Consultivo choca con los intentos de retrasar su entrada en vigor impulsado una ley de procedimiento electoral en Canarias, que a simple vista parece lógica, y que el sentido común la aconseja para regular todos los detalles, pero que en la estrategia de CC es sólo una forma de poner palos en la rueda y llegar a mayo de 2018 con el sistema electoral que tantos beneficios le han proporcionado en los últimos treinta años.

Lo realmente alarmante, y que delata la forma en que CC se quiere seguir moviendo en este escenario, es que es el Gobierno el que tiene que convocar las elecciones y lo tendrá que hacer, si cumple con la ley y hace caso al Consultivo, al que tampoco respetan mucho, de forma directa, es decir, adecuando todo el sistema para que los canarios puedan votar a sus candidatos en la isla y a los de la región. Lo grave sería que si no lo hace el Parlamento o el Gobierno, como es su deber, lo haga la Junta Electoral, a la que acudirán los partidos que han impulsado la reforma o que termine en manos de un juez que ponga orden. Sería una auténtica vergüenza llegar a esos extremos, pero ya sabemos que en esta Canarias todo es posible. Ya somos una extraña democracia en la que gobierna el partido que pierde las elecciones en votos y además lo hace en solitario, como si hubiese ganado por mayoría, sin que lo roce una simple crisis.

Los grupos políticos que han impulsado la reforma hacen bien en tramitar la ley en el Parlamento al margen de Coalición Canaria y de la Agrupación Socialista Gomera, que se mantienen agarrados a algo que ya no existe, que no es legal, a la triple paridad, la que ha permitido que Casimiro Curbelo, con cinco mil votos, tenga tres diputados en el Parlamento y Ciudadanos, con cincuenta mil no tenga ninguno. Estos dos partidos debe aceptar, de una vez, que han perdido el debate y la batalla política, y que se tienen que adaptar al nuevo escenario con generosidad, permitiendo que los canarios votemos con el nuevo sistema, admitiendo que pueden perder poder, y que es así para que muchos votantes puedan ser representados dignamente, para que miles de votos no terminen en la basura mientras otros valen el triple.

PSOE, PP, Nueva Canarias y Podemos cumplen con su deber, con la voluntad legislativa, con los canarios, y aunque con distintas visiones sobre cómo articular el voto, en una sola papeleta o en dos, están decididos a que se cumpla con la ley y los canarios podamos votar en mayo con el nuevo sistema electoral. Si las cuestiones de logística se comen el diálogo necesario y el consenso, si se enredan en minucias, eso sí, nadie, tampoco, se los va a perdonar.

No hay ni una sola razón política, después de la entrada en vigor del nuevo Estatuto de Autonomía, ni ahora jurídica, después del informe del Consejo Consultivo de Canarias, además de otros informes como los elaborados por Demócratas Para El Cambio, que impidan que los canarios ejerzamos nuestro derecho a votar con un novedoso sistema electoral que eleva la representatividad de los ciudadanos, verdadero arquetipo de las democracias representativas como la que sostenemos. Otra cosa será una burla inadmisible a la ley, a los canarios.

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