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Maradona y otros tantos

Maradona y otros tantos

Jueves, 1 de enero 1970

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Hay muchos futbolistas que con el tiempo se echan a perder. Contradiciendo aquello, dicho por nuestras abuelas, de convertirse en un hombre de provecho. Uno de ellos es Diego Armando Maradona que por último ha protagonizado un vídeo al volante en evidente estado de ebriedad. Maradona sigue siendo noticia y precisamente no para bien. Mi primer recuerdo de él se ajusta a su paso por el Sevilla en la temporada 92-93 en el que antes le rindieron un partido amistoso de bienvenida frente al Bayern Múnich en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Fue una apuesta del entonces entrenador y paisano Carlos Bilardo que se demostró pronto un error a nivel técnico y solo una garantía de ruido mediático para el club sevillano.

Durante la adolescencia es vital tener al alcance referentes que sirvan como modelo y estímulo a lo que queremos ser. Es lo que diría cualquier pedagogo que se precie o persona con sentido común. Y, así las cosas, la realidad es que para muchos jóvenes estos iconos son justamente los profesionales del balompié. Desgraciadamente, no son otros. Pero es lo que hay y con eso toca trabajar. Si Maradona fue lucero en la década de los años ochenta (periodo de su esplendor como futbolista) es normal que ahora aquellos que le admiraban duden de su credibilidad tras sus diversos episodios fuera de la cancha. Si no lo hacen pues entonces el problema que tenemos como sociedad es doble.

Apelo a Maradona porque este verano se ha hecho notar en la grada con el Mundial de Rusia; lo del festejo del gol del presidente Emmanuel Macron en la final ante Croacia rompiendo el protocolo lo dejamos si eso para otro día. Pero hay otros tantos que siguen la estela de pérdida personal de Maradona. Incluso, a nivel de andar por casa, hay casos incluso en la Unión Deportiva Las Palmas que, al ser esto una isla, todos conocemos. Bien porque se metieron en follones en los que nunca debieron meterse (la noche nos confunde) o porque simplemente familiares y amistades interesadas los desplumaron y con los años se quedaron económicamente noqueados. Y aquellos cariñitos, lazos de sangre y allegados que le hacían la ola mientras insuflaban su ego, ahora han desaparecido y están solos.

Podrán encontrar en internet sin problema el vídeo de Maradona en el coche realizando unas declaraciones que lo retratan por sí mismo. El silencio de los que le graban es muy elocuente, saben que están captando un titular y lo dejan hablar mientras este (borracho de ignorancia) llega a especular con un retorno profesional. Es lo que tiene no ser precavido y beberse unas cuantas copas de más (aunque en él ya eso es lo de menos) que los otros te utilizan. Fue la mano de Dios, lo que hay que ver.

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