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Otra leyenda deportiva que se fue

Del director ·

Juan de Dios Román fue al balonmano lo que Díaz Miguel al baloncesto

Martes, 1 de diciembre 2020, 07:17

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El pasado fin de semana una futbolista de la primera categoría de la competición nacional se sentó sobre el terreno de juego mientras sus compañeras y contrincantes guardaban de pie el minuto de silencio por la muerte de Maradona. El gesto recordó al de los jugadores de fútbol americano que, al sonar el himno, hincaban una rodilla como gesto de protesta ante la violencia policial. Al sentarse sobre el césped, la futbolista quiso dejar constancia de sus reparos a homenajear a Diego Armando Maradona habida cuenta su historial personal, que incluye denuncias de violencia a las mujeres, además de los excesos ya conocidos y otros que podemos intuir solo con recordar cómo se comportaba en público.

Ese mismo fin de semana se murió Juan de Dios Román, entrenador de balonmano que lo fue todo en ese deporte en España, tanto desde el banquillo como desde el punto administrativo y organizativo. Las páginas en los periódicos dedicadas fueron muchas menos que las que dispensamos a Maradona, en una prueba evidente de cuánto pesa el fútbol en España y lo mucho que le queda a otros deportes. Si en lugar de español, Juan de Dios Román hubiese sido noruego, danés o sueco estaríamos hablando de un tratamiento diferente. Sin necesidad de que el palacio presidencial de turno abriese sus puertas para acoger la capilla ardiente, como sí hicieron en Argentina.

Para aquellos a los que nos gusta el fútbol pero también otros deportes, Juan de Dios Román fue al balonmano como en su momento Antonio Díaz Miguel , Lolo Sáinz y Aíto García Reneses al baloncesto. Actuó en apariencia como un predicador en el desierto pero consiguió con su paciencia y también con su ímpetu -era de esos que obligaba a mirar al banquillo y no solo a la cancha por la pasión que le echaba- que el balonmano echara raíces sólidas y empezara a tratar de tú a tú a los poderosos nórdicos, a la siempre sólida Francia y finalmente a países africanos y asiáticos que se nutrieron en gran medida de la sapiencia de entrenadores y jugadores españoles.

A diferencia del fútbol, el balonmano es un deporte casi exquisito en el trato entre los que están sobre la cancha. Y no será porque no se den leña, pues estamos hablando de contacto continuo, de entorpecer al contrario y, por si fuera poco, de intentar detener un balón que se lanza contra el portero a pocos metros de distancia por un contrincante que la mayoría de las veces vuela literalmente sobre el parqué.

Conclusión:estuvo bien lo de la futbolista y nos quedamos cortos con Juan de Dios.

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