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Las promesas

Las promesas

Jueves, 1 de enero 1970

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Según el último barómetro del CIS, el PSOE recupera buena parte de su electorado hasta convertirse de nuevo en la primera fuerza política. No resulta del todo sorprendente, dado el bochornoso nivel político al que se descendió bajo la infausta presidencia de Mariano Rajoy. Malo sería, no obstante, que ahora nos lanzáramos en tromba a considerar al PSOE la quintaesencia de lo progresista cuando a veces cuesta distinguirlo del PP, sobre todo en el trazado de las líneas maestras de la economía.

La situación es similar en el caso de Canarias, donde el PSOE gana posiciones a costa de Coalición Canaria. Cierto es que la pasividad del Gobierno de Fernando Clavijo le hace cometer errores menos escandalosos que el de Rajoy. Aquí nos hemos habituado a tener gobiernos de cortas miras que compensan la indolencia y la incompetencia con todo un recital de grandilocuentes declaraciones dando la buena nueva de que, a no mucho tardar, seremos un referente mundial en esto y en lo otro, como ocurre últimamente con los eSports.

Lo cierto es que, para que gobernara el PP en España y Coalición Canaria en Canarias, mucho ha contribuido el Partido Socialista. Mientras a nivel nacional bastantes de sus dirigentes, que no todos, lo hicieron con algo de escrúpulos y de cargo de conciencia, en el caso de Canarias demostraron mucho mayor entusiasmo y entrega. En nuestra Comunidad, el PSOE se ha acomodado a su papel de comparsa o de tonto útil de los coalicioneros, rindiéndoles pleitesía día sí y día también. A cambio, obtiene las correspondientes migajas en forma de cargos en la Audiencia de Cuentas y en el Diputado del Común, a donde puede mandar a sestear a alguna vieja gloria.

Es por esto por lo que, tanto allí como aquí, el auge en las encuestas del PSOE no tiene por qué augurar nada particularmente extraordinario para el común de la ciudadanía, más allá de las consabidas promesas que a nada obligan y de sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, cosa justa y necesaria, dicho sea de paso. Cosa distinta pasaría si el electorado habitual del PSOE recuperara la memoria y se pusiera a exigir desde ahora a este partido determinación en poner de verdad remedio a asuntos como la pobreza, la atención digna a los inmigrantes, la precariedad, los sueldos, la violencia de género, la desigualdad, la apuesta decidida por la Sanidad y la Escuela públicas y todos esos temas que tan mal se aprestan al discurso caricaturesco de los distintos vendemotos que nos ha tocado sufrir.

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