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Últimamente defender la homeopatía en España significa meterse en un profundo charco. Con el paso de los años, esta medicina alternativa ha recibido incesantes ataques que han terminado por situar a sus pacientes como descerebrados y a los médicos homeópatas, estafadores que juegan con la salud de los enfermos. Pero me pregunto yo si esta campaña de desacreditación no viene impulsada por el negocio que hay detrás de los fármacos. Aquellos que promueven la escandalización son los mismos que racionalizan las curas de modo que siempre haya negocio. Es demasiado el dinero que mueven las vacunas y los medicamentos como para permitir que alternativas naturales, que pueden ser la solución a muchos problemas, hagan sombra a un tinglado muy rentable.

Y una de las cosas que más duele entre los homeópatas es que la Organización Médica Colegial haya creado un observatorio contra las pseudoterapias formado por gente que no ha estudiado medicina. La mayoría son informáticos cuyo único interés, y bajo el apoyo de las grandes multinacionales farmacéuticas, es desacreditar todo lo alternativo a la medicina convencional y les da igual que los medicamentos que se emplean en esta rama estén aceptados por el ministerio y en el BOE.

La realidad, y a pesar de las reticencias que hay en España, es que prácticamente la totalidad de las farmacias dispensan medicamentos homeopáticos y alrededor de 10.000 médicos lo prescriben. Unos datos que contrastan con la petición del Gobierno de España de modificar la actual directiva europea, la cual, y en contra de lo que ellos promulgan, define los medicamentos homeopáticos como medicamentos. Medida, por cierto, rechazada por la Comisión Europea, donde el comisario de salud ha respondido que en la ley vigente «se tiene en cuenta su carácter específico y halla un equilibrio entre garantizar la calidad y seguridad de los medicamentos homeopáticos e informar y ofrecer a los ciudadanos acceso a estos productos». En definitiva, Bruselas reafirma que se tratan de medicamentos, avala su consumo y deja en evidencia a la sanidad española.

Eso no quita que siempre haya lunares. Muchos aprovechados que abanderan este tipo de remedios sacan tajada a costa de la ignorancia de los pacientes con soluciones inocuas que acaban en tragedia. Estos individuos han conseguido desacreditar a profesionales que simplemente defienden la homeopatía para según qué enfermedades. «La homeopatía no pretende ser mayoritaria. Es una parte de la medicina muy útil en algunas circunstancias, casos y personas. No pretendemos competir, eso sería absurdo, sino colaborar, ayudar en lo que podamos», comenta Gonzalo Fernández Quiroga, médico colegiado y portavoz de la Asamblea Nacional de Homeopatía. Dosis de cordura y afán de dar a las personas el máximo de posibilidades con los mínimos efectos secundarios sin oscuros intereses económicos detrás. No les matemos por ello y, por una vez, escuchemos.

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