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La guerra del Cabildo

La guerra del Cabildo

«Si van a por Morales caerá antes o después el Ejecutivo autonómico. Román Rodríguez no puede mantenerse impasible ante la guerra política desatada en Gran Canaria y que comenzó cuando los episodios de Telde, Santa Lucía de Tirajana y Teror»

Miércoles, 15 de julio 2020, 12:10

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Se consolida la Guerra Fría que protagonizan Nueva Canarias y PSOE por el mismo espectro sociopolítico y cuyo epicentro está en Gran Canaria. El ataque a Antonio Morales esta semana no es algo puntual sino responde a unos recelos latentes que vienen de lejos. Por supuesto, la afrenta a Morales es de las que provocan la ruptura de la confianza. ¿Cómo van dos personas ahora a sentarse a solas a hablar después de lo ocurrido? Esto sucede cuando el gobierno insular lleva muy poco funcionando por lo que enseguida cabe pensar qué acontecerá de aquí a Navidad o comenzando 2020. Tiene pinta de que las relaciones se van a enquistar para desgracia de la izquierda canaria. Aunque, bien mirado, tampoco es del todo raro cuando ya en Madrid el PSOE y Podemos están en una situación similar. Y es que el PSOE desea cerrar el ciclo político que emergió con el 15M y, por lo tanto, retornar al bipartidismo en todo lo que sea posible. Otra cosa es que sea viable con los cambios que ha experimentado este país desde 2008. Morales accedió a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria justo en 2015, ahora repite mandato, lo que entronca precisamente con esa etapa que es la que el PSOE desea desterrar al precio que sea, incluso devastando a sus socios estén en Madrid, en Canarias o en otras latitudes...

Si van a por Morales caerá antes o después el Ejecutivo autonómico. Román Rodríguez no puede mantenerse impasible ante la guerra política desatada en Gran Canaria y que comenzó cuando los episodios de Telde, Santa Lucía de Tirajana y Teror. Esta semana ha habido una batalla más ya en el ámbito institucional. Y vendrán otras tantas, incluso serán más, a medida que se avecine la cita con las urnas. Aunque, de seguir así, hablar de 2023 se antoja lejano, muy lejano. No hay pacto, insular ni regional, que resista este nivel de tensión que mucho me temo que no va a desaparecer.

En todo caso, la pugna en el Cabildo de Gran Canaria refuerza la idea de que Rodríguez no puede limitarse a desempeñar un rol de Carlos Solchaga o Pedro Solbes. Corre el riesgo de desaparecer políticamente. Dicho coloquialmente, ejercer de recaudador de impuestos o cobrador del frac no vende electoralmente. Su Vicepresidencia debe ser más política que tecnócrata. Además, es el propio líder del partido el que es consejero de Hacienda. En suma, está en un todo o nada. Casimiro Curbelo optó por quedarse fuera del Ejecutivo lo que, a estos efectos, tiene más libertad. Por lo que Rodríguez está obligado a marcar su propio guion. Razón de más tras lo que se está viendo en el Cabildo grancanario. De lo contrario, Nueva Canarias quedará sin discurso propio ante los 25 escaños socialistas a la vez que Morales resiste un asedio político que ya empezó. En fin, a este paso, la pregunta que muchos ya se plantean es ineludible: ¿cuánto durará el pacto?

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