Deporte en televisión

Así las cosas, existe cierto riesgo de que se rompan las condiciones que consideramos habituales, cuando mejor sería analizar qué productos se nos ofrecen y sus circunstancias. Soy de los que creen que existen aún condiciones para combinar fórmulas. Con actividades de calidad y bien planteadas, cualquiera puede perfectamente seguir un espectáculo de más de 90 minutos sin que alguno de los contendientes sea tu equipo del alma. El mundial de rugby estrenado en septiembre en Francia es un buen ejemplo de ello.

Este fin de semana son los cuartos de final (Gales-Argentina; Irlanda-Nueva Zelanda; Inglaterra-Fiyi; Francia-Sudáfrica). En todos los choques; como en toda la fase previa, donde Portugal demostró que tiene valía internacional y Australia decepcionó; los partidos se jugarán con tiempo efectivo máximo y con revisiones de juez de televisión que se podrán escuchar en la megafonía de los estadios y en las retransmisiones. También quedando patente que con respeto entre los contendientes. Con ritmo y buen trato hacia el espectáculo, en definitiva. Y en España, además, con comentaristas versados en el deporte del balón oval. Y así, con buen material, da igual que un partido dure dos horas.