En los años 70 y 80 se puso de moda en este país el regalo navideño del tren a escala. Ibertren era el fabricante que más vendía y empiezo a sospechar que a Pedro Sánchez los Reyes Mayos le trajeron uno de aquellos trenes. Como la propia denominación de la marca refleja, era un regalo bastante ibérico, de la península, quiero decir. En Canarias lo más parecido a un tren que habíamos visto fue el ensayo en la avenida marítima de la capital grancanaria con un tren suspendido diseñado por Goicoechea, pero no pasó de un experimento.
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Ahora, décadas después, llega Pedro Sánchez y hace de Rey Mago pero para dejarnos carbón. A la península y Baleares le regala una bonificación del 100% en los servicios de trenes de cercanía y a Canarias la deja con solo el 50% de ayuda estatal en las líneas de guaguas. Y es un 50% porque el Gobierno canario se puso a llorar que, si no, seguiríamos con el 30% acordado inicialmente por el Ejecutivo central.
¿Es un agravio? Pues según se mire, porque cuando se comparan realidades diferentes -aquí no hay trenes y allí sí- quizás el término exacto no sea el agravio. ¿Es un error político mayúsculo? Por supuesto. Básicamente porque el presidente Sánchez ha ofrecido una explicación que no hay manera de darla por buena. Podía el hombre haberse aferrado a que no son realidades comparables, a que el uso del tren en Baleares es mucho menor que el de las guaguas interurbanas en estas islas o al coste real de la bonificación en cada autonomía. Pero, en lugar de ello, introdujo un argumento que solo se le puede ocurrir a quien desconoce la realidad de Canarias: Sánchez pretendió disculparse presumiendo, como si fuese un regalo que nos hace, del descuento del 75% en la factura de los viajes en avión y en barco para residentes canarios. Pero sucede, estimado presidente, ¡que eso es un derecho recogido en la legislación que atiende las singularidades de Canarias! Y si está ahí no fue precisamente porque el PSOE se batiese el cobre para conseguirlo, sino por una negociación de Nueva Canarias ¡con el Gobierno de Mariano Rajoy!
Se puede aceptar que la memoria es frágil pero esto es otra cosa: siendo benevolentes, es un error mayúsculo; siendo críticos, es un insulto a la inteligencia de los canarios. Sea como fuere, ¿es que no había nadie del PSOE canario a mano para explicárselo?
Conclusión: pediremos a los Reyes Magos un trenecito de Ibertren, a ver si así Sánchez nos atiende. Y para él pediremos 'El REF explicado a un peninsular'.
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