¿La historia es cíclica?

George Best fue para muchos uno de los primeros deportistas europeos en convertirse en una estrella mediática. A sus dotes de futbolista se unió el hecho de que encajaba en los cánones de 'guapura' de la época y todo ello en un país, el Reino Unido, donde la prensa sensacionalista -popular, según otros- fue el caldo de cultivo perfecto. Para el auge pero también para acelerar la caída. Eran los tiempos de los emergentes iconos pop, pues de hecho se le conoció como 'el quinto Beatle', y con todos esos ingredientes en la coctelera salió una leyenda comercial que poco a poco entró en un declive deportivo.

Con la camiseta del Manchester United, Best hizo auténticas diabluras. Era uno de esos futbolistas que iba por delante del resto de compañeros, que tenía una visión del juego impropia de su época y donde siempre dejaba margen para que la genialidad individual -la suya, por supuesto- marcase la diferencia.

Pero resulta que se rodeó y lo rodearon de mucho más de lo que fue capaz de digerir mentalmente. Le llovieron los contratos publicitarios, siendo el primero en ese género que vestía con pantalón corto y daba patadas al balón, y empezó a descubrir que posando para unas revistas se podía ganar tanto o más que recibiendo faltas y haciéndolas en los embarrados campos de la Premier inglesa.

Fue entonces cuando esa misma prensa que lo encumbró empezó a retratar la otra cara:el tipo de las fiestas interminables, las peleas con unos y con otros cuando iba pasado de copas, los flirteos con esta, aquella y la de más allá, los entrenamientos a los que no llegaba porque sencillamente no había quien lo sacase de la cama... George Best empezó a ser un trotamundos del fútbol porque no había club que lo aguantase. En cada uno de ellos dejó alguna genialidad pero también líos a mansalva. Y allí donde estuvo se bebió todo lo posible y mucho más. Lo cuenta él mismo en el documental, donde admite abiertamente sus adicciones y su empeño en terminar con su vida sencillamente porque no fue capaz de entenderse ni de dominarse.

Para los que creen que la historia es cíclica, el documental también es recomendable. Hay cosas que no pasan de moda. Por desgracia.