Historia y arte
Vale la pena el salto a la Galería de Colecciones Reales
Pues tienen razón los que sostienen que Madrid ya tiene eso que en materia de promoción turística se conoce como un 'must', esto es, un ... lugar que hay que visitar sí o sí. Se trata de la Galería de Colecciones Reales, un edificio situado junto al Palacio Real y la Catedral de la Almudena, que ha costado un dineral y cuya ejecución se fue retrasando varios años precisamente porque el presupuesto se elevaba y porque también había dudas en torno al concepto museístico.
Ahora bien, dicho lo anterior, sospecho que no será fácil que la Galería de Colecciones Reales desbanque a otros reclamos turísticos madrileños y que a diario se formen colas para acceder a sus salas. Y lo creo con pesar, pero desde la premisa de que estamos hablando de una instalación que está orientada a tres aspectos que, desgraciadamente, cotizan a la baja: la cultura, el gusto por la historia y la devoción por el arte.
En síntesis, el nuevo museo recorre la aportación de los austrias y los borbones a la historia, el arte y la cultura de este país. Dicho así, es fácil que ya haya una parte de la población que ponga reparos, sobre todo aquellos que se quedan con el cliché. Me refiero a que es incuestionable que Carlos I no era un demócrata al estilo del siglo XXI o que Fernando VII fue un monarca intolerante y con episodios más que lamentables, pero todo hay que situarlo en su contexto histórico. Y eso es lo que hace el museo, para luego añadir, con una selección de arte, lo mejor que cada dinastía y cada monarca fue dejando. ¿O acaso Velázquez y Goya no pudieron regalarnos obras para la eternidad precisamente porque durante un tiempo contaron con el mecenazo de los monarcas de turno?
Otro tanto cabe decir del arte religioso, que está muy presente en la Galería de Colecciones Reales. No podía ser de otra forma si tenemos en cuenta que España contó con monarcas de misa matinal, vespertina y nocturna. Por eso insisto en que se trata de una colección artística que hay que ver con ausencia de prejuicios, situándose en todo momento en la etapa que se está contemplando y comparando con lo que sucedía en otros países en esos mismos años.
Le falta a esta Galería de Colecciones Reales una propuesta de servicios complementarios que ayude a pasar medio día en el edificio -impresionante su arquitectura, por otra parte-. Pero eso forma parte del 'debe' de gran parte de los museos españoles, empezando por el mismísimo Prado.
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