Las flores se marchitan
Mi punto de vista ·
«El desenfreno de la inmigración no se soluciona con el paseo inútil de varios ministros»El problema continúa y se acrecienta. La cifra de inmigrantes que llegan a las costas sigue aumentando y la solución no llega. El Gobierno de Canarias -PSOE-Podemos y NC-, por mucho que le cueste, debe dar ya un golpe sobre la mesa antes de que este problema le pueda estallar en la boca y ese nerviosismo interno ha llegado, sobre todo tras ver en la tarde de ayer la suelta de inmigrantes por parte del Estado cumpliendo lo dicho por Marlaska de las 72 horas.
Hasta ahora la respuesta del Gobierno de España se ha saldado en visitas de ministros y respuestas banales, en el que solo se ha aportado como solución la cesión de algunos terrenos militares para aligerar la vergüenza en la que se ha convertido el Muelle de Arguineguín. Pero esto va a más. Las incongruencias son múltiples. Escrivá vino y dejó a varios dirigentes con la boca abierta, Carolina Darias ofreció un paripé y Marlaska se paseó por la isla para llegar con posterioridad a la Península y afirmar que los inmigrantes no permanecen en el Muelle de Arguineguín más de 72 horas. Madre mía vaya percal. Muchos callan, pero este cóctel sigue agitándose. La situación no permite más parches y la imagen de los inmigrantes ocupando hoteles de cuatro estrellas en el sur de la isla y ahora deambulando por ella está dando la vuelta al mundo por mucho marketing que se efectúe desde el gobierno regional. El sector hotelero tampoco aguanta y la tormenta perfecta se aproxima. Dejar pasar el tiempo no es la solución. Ahora todos esperan a la reunión de Marlaska en Marruecos para vislumbrar alguna luz, ya que si no hay deportaciones o derivaciones de los inmigrantes que llegan, esta situación acabará por convertirse en un callejón sin salida. Fuera de micrófonos y de cámaras el hastío es generalizado, pero el hilo fino de afirmaciones que puedan derivar en racismo o xenofobia pone el freno.
El desgaste que está provocando esta situación está llegando a límites insospechados. Europa mira hacia otro lado, el Gobierno de España solo alborota el patio y el Gobierno de Canarias se cubre como puede para que nadie de Madrid se moleste, y así nos va. Esto no se arregla con más casetas, ni con más hoteles, ni cumpliendo con la ley de las 72 horas, ni acordonando de policías la Delegación del Gobierno. Ya no es hora de tragar con más sapos. Los nervios han llegado. Los cimientos se agrietan y los pactos se los lleva el diablo, ya que las flores se marchitan. Ya está bien de mensajitos en Twitter. Es hora de decir las cosas por su nombre.