Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 19 de abril

Exclusión social

Del Director ·

Las ONG han sido testigo de excepción de este fenómeno

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 18 de octubre 2021, 23:46

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Con el volcán marcando la vida de los palmeros y casi monopolizando el interés mediático, pasó algo desapercibido el último informe sobre exclusión y pobreza en España, en el que Canarias vuelve a aparecer en los muy tristes primeros puestos (no en los de mejora de la situación, sino en los que nos colocan con el dudoso honor de liderar la exclusión social). Vino acompañado de un diagnóstico que alertó sobre los efectos devastadores de la pandemia en la brecha social, de manera que incrementó su tamaño y también la profundidad de la misma.

Ahora que el turismo vuelve en masa, que el consumo repunta, que muchos ya piensan en las compras para el Black Friday y Naviedad, y que la juventud está feliz porque reabre el ocio nocturno, corremos el riesgo de olvidar que antes de la covid había colas en los comedores sociales y que con la pandemia esas filas de hombres y mujeres eran cada vez más largas. Y crecieron porque se incorporaron a ellas personas que jamás se habían visto en esa tesitura, con lo que eso significa desde el punto emocional para quien afronta tal cambio.

Las organizaciones no gubernamentales han sido testigos de excepción de ese fenómeno y sus llamamientos no pueden quedar en el olvido. Estamos hablando de hombres, mujeres y niños, agrupados, eso sí, en cifras, estadísticas y porcentajes, pero no debemos caer en la 'normalización' de la pobreza. Asumir que una alta tasa de exclusión es algo estructural al modelo productivo y, por tanto, 'normal' es una anormalidad en sí mismo.

No he visto en los partidos, que son los que tienen la batuta de la gestión pública, una reacción inmediata ante las escalofriantes cifras del informe. Es como si a base de tanto estudio presentado de manera periódica, se hubiesen insensibilizado los corazones. Quiero pensar que no es así pero en esto soy como santo Tomás: tengo que verlo y, a ser posible, palparlo.

No se trata de convertir la caridad en el epicentro de la gestión. Vade retro. Hablo de contar en el presente con respuestas inmediatas y eficaces para paliar la escasez de muchos y con ir articulando de manera progresiva, pero sin pausa, los retoques que sean precisos para que se corrija esta situación. Si no, en unos meses volveremos a presumir de que ya se llenan nuestros hoteles millones de turistas, que en el fin de año regresan las fiestas a multitudinarias… y en las colas del hambre habrá tanta o más gente que antes del coronavirus. Ellos también merecen la vacuna que les saque de la exclusión.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios