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Esto empieza a ser el desfase

«Si el relajo ha llegado con la fase 1, no quiero ni imaginarme la fase 3. Esta alarma suena a cachondeo»

Jueves, 1 de enero 1970

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Continuamos en estado de alarma, pero desde el pasado lunes he notado un relajo total. La fase 1 no se está convirtiendo en la desescalada deseada, sino en el inicio del desfase, y no quiero ni imaginarme cómo será la fase 3. El número de fallecidos sigue aumentando a diario, algo que debe estar muy presente, pero si no se es contundente y claro con las medidas, el resultado es el que vemos desde el pasado lunes. El arranque de la fase 1 atisbaba un panorama de chiste, y así ha sido. Terrazas llenas y colas por todos lados. Les aconsejo que a las seis de la tarde se den un paseo por Triana. Fliparán. Eso de ir a tomar cervezas a una terraza o a casa de un amigo -máximo 10 personas- ha supuesto que el entramado se desmorone, ya que muchos empiezan a no entender muchas cosas y algunos temen que el esfuerzo realizado pueda venirse abajo en los próximos meses. No se puede hacer deporte a las seis de la tarde, pero quedar en una terraza sí; no puedes pasear a tu hijo a las 11 de la mañana, pero desplazarte en tu coche a visitar a un amigo a Tejeda sí; puedes llevar a tus hijos a la peluquería a que les corten el pelo, pero al colegio no; a tu puesto de trabajo no acudes, pero a estar rodeado de gente mientras paseas o te tomas una caña sí. Y así miles de ejemplos que nos involucran en un sinsentido.

La pandemia ha remitido, eso es cierto, pero la indefinición es la peor de las medidas, y el desmadre puede llegar si no se es concluyente. Canarias está en fase 1, en esta época intergaláctica que nos ha tocado vivir por culpa de un virus que sigue estando activo. El esfuerzo debe continuar y la picaresca debe atajarse con contundencia para no caer de forma rápida en una espiral que nos vuelva a confundir. Porque si no se es claro en las medidas, la interpretación da lugar a ejemplos que podrían evitarse, como lo sucedido hace unos días en el vuelo de Iberia de Madrid a Gran Canaria. Y, si me permiten, el esfuerzo debe ser para todos, ya que en esta época que nos toca vivir en el que la palabra igualdad se enarbola con contundencia, no he oído a nadie alzar la voz de lo injusto que supone que la liga masculina de fútbol intente arrancar con un despliegue sanitario enorme y a la femenina la den por finalizada. Que una es una liga profesional y la otra no es la excusa perfecta. La razón es que una da mucha, pero que mucha pasta, y la femenina no, pero el silencio es generalizado. Todos -ministros- y todas -ministras- callan.

Deseamos recuperar la nueva normalidad cuanto antes, pero falta mucha dosis de responsabilidad. Repito que desde el pasado lunes noto relajación y esto no puede convertirse en un estado de alarma que suene a cachondeo.

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