España vaciada

Ahora esos mismos tertulianos, algunos medios y, sobre todo, los que animan a un cambio en el Gobierno central, están preocupados con la posibilidad de que una plataforma política en torno a la llamada España vaciada acabe siendo decisiva para la conformación de una nueva mayoría parlamentaria. Estamos hablando de una pretendida operación política que pasaría por extender el modelo de Teruel Existe, de forma que en un puñado de provincias con problemas de escasez de población aparecerían candidaturas cuyo eje central sería la defensa de un mejor trato de Madrid. Las cuentas de los agoreros hablan de una quincena de escaños en juego en el mejor de los casos.

Me sorprende ese repentino temor madrileño porque nace, para empezar, de una posición chovinista. Es algo así como si dijesen: «Cuidado, que estos tipos de provincias, pueden acabar mandando en Madrid». Suena a que alguien teme perder el chiringuito del poder, como si los españoles de Teruel, Soria, Palencia y un puñado de provincias fuesen menos españoles que los de Madrid. Son los mismos que anteriormente habían articulado el discurso que se resume en esta frase: «Ojo, que ahora mandan los nacionalistas en Madrid», una tesis que parte del principio de que la veintena de diputados soberanistas catalanes, la decena de vascos del mismo espectro ideológico y los nacionalismos varios de otras latitudes debieran ser extirpados de las Cortes y mandados a galeras.

El otro manantial del que nacen esas tesis alarmistas y excluyentes es la ceguera interesada para reconocer que si hay un movimiento político en torno a la España vaciada es porque la 'España llena' lo ha hecho posible. E incluyo en esa 'España llena' a los dos grandes partidos de ámbito estatal, que están presentes en las provincias despobladas, pero que las han abandonado a su suerte. Cuando descubrimos al diputado de Teruel Existe, era evidente que sus postulados encajaban perfectamente en el PSOE... pero sucede que el PSOE se olvidó de Teruel. Como el PP. Y como ambos de un puñado de provincias.

Así las cosas, menos ceguera centralista y más ojos provincianos.