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Y como colofón, cayó la Liga. Qué mérito tiene este Rocasa y que poco lo valoramos. Yo el primero, que conste. ¿Cuántos nos acordábamos de este equipo que ahora ocupa portadas y abre informativos hace cinco años? Entonces tenían las vitrinas vacías y su único (como si fuera poco) logro era coleccionar subcampeonatos y promover un balonmano que décadas atrás, con el Canteras y el Gáldar como banderas, ocupó un lugar preferencial en nuestra isla. Fue cayendo en el olvido con el tiempo, y con el fútbol y el baloncesto acaparando el protagonismo. Pero no para este club fundado por Antonio Moreno hace 41 años, cuando decidió dar un pasito más y extralimitarse de sus funciones de profesor de educación física en el colegio de Las Remudas para crear un rincón donde enseñar los encantos de este y otros deportes.
Y además de una labor formativa, que es el secreto de todos los éxitos de una entidad que hace equilibrios imposibles por mantenerse económicamente, el CB Remudas sirve de vía de escape para muchos niños amenazados a otras malas costumbres en un barrio conflictivo como es el remudense. Mejor en el pabellón haciendo deporte que en las calles junto a malas compañías.
No iban más allá las ambiciones del conjunto con mejor palmarés de Gran Canaria. Lo han ganado todo en el último lustro y el curso que viene se enfrentarán al mayor reto de su historia con la Champions League, siguiendo el camino del Herbalife y su paso para el recuerdo por la Euroliga. Un éxito sin precedentes que no deja del todo buen sabor de boca por las exigencias monetarias que esto representa: 15.000 euros, que no tienen, de canon por la plaza europea. Esperemos que las instituciones públicas, que tan generosas han sido con otros representantes deportivos de nuestra tierra, vean procedente hacer un esfuerzo por un club que tantos valores transmite.
Desde el triunfo teniendo a la cantera como base, pasando por la reivindicación de la mujer en el deporte. Porque Silvia, Tiddara, Sayna, Melania, María, Lisandra, Dara, Carmen, Haridian y compañía ya son nombres que pasarán a ser leyenda y heroínas que las más pequeñas podrán usar de espejo. El deporte hace muchos años dejó de ser una cosa de hombres y el Rocasa ha ayudado a hacernos ver que no hay que irse muy lejos para encontrar un buen ejemplo de ello.
Ni el género es un impedimento, ni los recursos tampoco. Al menos si el trabajo y la ilusión se emplean como bandera. Que un equipo de un barrio como Las Remudas se haya erigido el mejor de España, haya conquistado títulos continentales y vaya a competir con los mejores de Europa es un orgullo, primero para la gente del barrio teldense, segundo para la ciudad y tercero para toda la isla. El Rocasa a mí sí me representa. Felicidades campeonas.
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