El nacionalismo es lo contrario al patriotismo
José L. Reina
Jueves, 1 de enero 1970
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José L. Reina
Jueves, 1 de enero 1970
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El nacionalismo es la guerra, dijo el presidente Miterrand en aquel fantástico grito un 17 de enero de 1995, en un pasional discurso pronunciado en el Parlamento Europeo, ya en su recta vital final, pues moriría tan solo un año después. Una frase que condensaba gran parte de la historia bélica de Europa, donde los nacionalismos, muchas veces confundidos con patriotismo, fueron el origen de millones de muertes durante mucho tiempo. Miterrand, tras un largo aplauso, advirtió: «La guerra no es solo el pasado, puede ser también nuestro futuro, y son ustedes, señores diputados, los guardianes de nuestra paz, de nuestra seguridad, y del porvenir».
Un discurso brillante, que hoy cobra más importancia que nunca. Europa, y el mundo, viven días convulsos, preocupantes y especialmente peligrosos. Los fantasmas del resurgir de los nacionalismos más extremos hacen tambalear los cimientos de la paz construidos tras la Segunda Guerra Mundial.
El nacionalismo supuso la guerra en 1914 y en 1939, así como en los 90 en los Balcanes. Es el claro ejemplo, como bien analizó hace unos días Pedro J. Ramírez, de que el concepto de nacionalismo es de por sí agresivo y violento, un concepto que supone la antítesis a los valores que representa el patriotismo. Los nacionalistas siempre mirarán a las fronteras, soñarán con expandir sus imperios, anexionarán territorios y verán lo diferente como extraño y enemigo. En cambio, el concepto de patriotismo está muy vinculado a una convivencia pacífica, al respeto por el Estado de Derecho, a una democracia parlamentaria y a la defensa de unos valores y principios firmes.
En España estamos siendo testigos de la aparición del nacionalismo más peligroso que existe, protagonizado por los Puigdemont, Torra, Otegi, y por supuesto, Pablo Iglesias. Todos ellos se alejan de cualquier propósito democrático, siendo Otegi el mejor ejemplo de que nacionalismo, guerra y muerte, van, han ido e irán siempre de la mano. Pedro J. Ramírez preguntó algo que se preguntan muchos españoles: ¿Con quién irá Sánchez, con los nacionalistas o con los patriotas?.
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